«Los sindicatos actúan a la defensiva porque las empresas, ahora que no tienen patria, pueden trasladar la producción»
RUBÉN VEGA PROFESOR DE HISTORIA CONTEMPORÁNEA, DIRIGE EN AVILÉS EL CURSO DE EXTENSIÓN UNIVERSITARIA «HISTORIA DEL MOVIMIENTO OBRERO EN ASTURIAS»
Saúl FERNÁNDEZ . LNE
Rubén Vega es profesor de Historia Contemporánea en la Universidad de Oviedo. Dirige, junto a Rafael Rodríguez Valdés, el curso de Extensión Universitaria «Historia del Movimiento Obrero en Asturias», que este pasado viernes se inauguró en el Centro Universitario de la calle de la Ferrería y que llegará hasta la segunda quincena del mes de diciembre.
-¿Por qué ahora un curso sobre el Movimiento Obrero asturiano?
-Porque tanto Rafael Rodríguez Valdés como yo llevamos muchos años dedicados al estudio del Movimiento Obrero. La verdad es que yo llevo más años; a fin de cuentas Rafael Rodríguez no tiene todavía edad, es licenciado todavíaÉ Bueno, se trata de una puesta al día de esta parte de la Historia Contemporánea. Pretendemos aunar los estudios más clásicos, las autoridades de siempre, con estudios nuevos o de poca difusión que arrojen nuevas luces sobre estos asuntosÉ Además, proyectaremos varios documentales. Empezamos con Ramón Lluis Bande y su cortometraje «El paisano», sobre la memoria de Horacio Fernández Inguanzo. El último día pasaremos una película que dirigimos Juan Carlos de la Madrid, Octavio Monserrat, decano actual de Historia, y yo sobre las huelgas de 1962.
-¿Por qué las clases sólo las darán los viernes?
-Por una cuestión práctica: mi horario de la Facultad me impide moverme de otra manera y, además, pensamos que los viernes por la tarde son ideales para los alumnos universitarios.
-No sólo programan conferencias históricas.
-Desde luego. La periodista María Antonia Mateos, por ejemplo, hablará de las representaciones teatrales en las casas del pueblo en las primeras décadas del pasado siglo. Se da la circunstancia de que eran verdaderos centros de enseñanza: Santiago Carrillo estudió en la de Avilés hacia 1920, cuando su familia se trasladó de Gijón.
-¿Qué ha sido el Movimiento Obrero en Asturias?
-La columna vertebral de esta región durante el siglo XX, porque se trata de un fenómeno circunscrito en el siglo pasado. En el XIX hubo, y ahora, en el XXI, apenas hay nada. El Movimiento Obrero era una fuerza social y política que se desarrolló en momentos dentro de la ley y también fuera. Durante el franquismo se tenía pánico a los obreros, se consideraba que eran una bestia que podía despertar en cualquier momento.
-Habla en pasado cuando se refiere al Movimiento Obrero durante el siglo XXI.
-Ahora son otros tiempos, ahora el Movimiento Obrero en Asturias vive un período de disolución. Por supuesto, ya no alienta la revolución, como hace algunas décadas, o son los portadores de una ideología determinada. Ahora una huelga es una reivindicación laboral solamente, y en 1962, en Asturias, cuando se pedían setenta y cinco pesetas por tonelada, se podía provocar una manifestación en Sidney o una declaración de los sindicatos de Kenia. Ahora los sindicatos lo hacen mejor o peor, desde luego que, por lo menos, de forma diferente.
-¿Fue el Movimiento Obrero en Asturias consecuencia de la empresa pública?
-Todo lo contrario: el sector público es consecuencia de la historia del Movimiento Obrero de esta región. Empieza a generalizarse el sector público a finales de los años sesenta, Hunosa es de 1967, por ejemplo, y la metalurgia se hizo pública en Asturias después de la fusión de Ensidesa y Uninsa, en 1973. Luego estaban los astilleros y las armas. Las armas hasta hace cuatro días habían sido explotadas por el Estado, pero nada más. Todo viene tarde. Lo que pasa es que el Movimiento Obrero en Asturias fue siempre muy fuerte. El SOMA arrancó a los empresarios la financiación del Orfanato Minero, las siete horas para los trabajadores de interior, un caso insólito en todo el mundoÉ ¿Por qué Franco crea Hunosa? Porque no se atrevía a cerrar las minas; siempre, salvo el primer año, fueron deficitarias. En la siderurgia es distinto, siempre se necesita acero, no así el carbón. Por lo que se refiere al Movimiento Obrero, hay una diferencia clara: los trabajadores de Avilés, acostumbrados al paternalismo empresarial, fueron menos contestatarios que los de Gijón, que venían del lado privado, de las fábricas de Moreda, de Mieres o La Felguera.
-¿Cuándo podríamos datar la fecha de extinción del fenómeno obrero?
-Hay dos fechas simbólicas en la historia reciente del Movimiento Obrero: la «marcha de hierro» de los siderúrgicos a Madrid y el encierro de los mineros del pozo Barredo. Sindicalmente, todo ha sido distinto después de esos acontecimientos.
-¿Y ya no queda realmente nada del Movimiento Obrero?
-Un sindicalista viejo me decía que cuando se reunían con las empresas lo hacían con las reivindicaciones de los trabajadores. Ahora es al contrario, ahora se practica un sindicalismo a la defensiva; la empresa puede trasladar la producción porque no tiene patria.
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