Hace unos días tuvimos la oportunidad de visitar en Roma la celebrada Centrale Montemartini de la cual ya habíamos escrito una reseña hace algún tiempo. La visita es de las que merece la pena y el ejemplo de integración museistica y conservación del patrimonio es uno de los mejores ejemplos con los que nos hemos encontrado, sinó el mejor.
La Central Termoeléctrica Giovanni Montemartini, es un ejemplo relevante de las colecciones Capitolinas recogiendo el resultado de las excavaciones realizadas en la ciudad de Roma entre el final del S.XIX y la década de 1930
El traslado de un gran número de esculturas y otros hallazgos arqueológicos a la Centrale comenzó en 1997 cuando tuvo lugar una importante exposición en la primera central eléctrica pública que tuvo la ciudad de Roma.
Este traslado permitió proseguir con la renovación de importantes secciones en el complejo del Capitolio, al tiempo que se permitía mantener un acceso público a las obras, entre las que se incluyen autenticas obras maestras de la escultura antigua que fueron descubiertas con motivo de importantes cambios urbanos operados en la ciudad de Roma, la construcción del Metro, entre ellos.
Encontrar un lugar temporal para las obras de los museos Capitolinos no era una tarea fácil. Se hacia preciso disponer de grandes espacios para albergar esculturas monumentales y estructuras arqueológicas de gran tamaño, tales como mosaicos o el frontón del templo de Apolo Sosiano. Debía buscarse una ubicación que no restara al evocador poder de la antigüedad.
La elección recayó en la planta eléctrica inaugurada en 1912 bajo el mandato del alcalde Ernesto Nathan, una estructura fascinante en sí misma. La imponente elegancia de su fachada se nos revela al traspasar una anodina entrada situada en la Vía Ostiense, en una zona desconocida incluso para los propios romanos,. Toda este área se caracteriza por las imponentes estructuras de los gasómetros y ubica la mayor concentración de ejemplos de arqueología industrial de la ciudad.
La fría y magnifica elegancia de la sala de motores, con su estilo Art Nouveau es impresionante. Los enormes espacios que albergan gigantescos motores diesel y una turbina de vapor se preservan intactos, como si hubiesran estado funcionando hasta ese mismo instante.
Un efecto diferente se aprecia en la más recientemente construida sala de calderas, dominada por una impresionante máquina de quince metros de altura fque forma una especie de escenario compuesto de ladrillos, llaves de paso y tuberías.
Al final, lo impresionante del lugar compensaba los temores de mezclar ejemplos tan diametralmente opuestos como son la arqueología romana y la arqueología industrial. La voluntad de seguir adelante con el proyecto por parte de la ACEA (Azenda Comunale Energia ed Ambiente) ,que ya había utilizado este espacio como sala de exposiciones, hizo posible la colaboración con el Servicio de Municipal de Monumentos, bajo el objetivo común de resucitar la antigua central con una nueva función, así como preservar las esculturas de los Museos Capitolinos para su exhibición pública y restauración.
ACEA se hizo cargo de la adaptación del edificio como museo, la restauración de la maquinaria y la sección educativa en la parte dedicada a la arqueología industrial, pues este museo tiene como original característica el ser dos museos en uno. En paralelo al relato correspondiente a la escultura clásica, transcurre otro dedicado a la historia de la propia central, sus maquinas y demás elementos que la integran.
Por su parte, los museos Capitolinos se hicieron cargo de la exposición clásica propiamente dicha. Como puede verse, un buen ejemplo de colaboración entre administraciones.
El interés mostrado tanto por el público como por los expertos hizo que lo que se planteaba como una exposición temporal acabara teniendo carácter definitivo ,convirtiéndose así en una colección más de los Museos Capitolinos.
El museo tiene un doble carácter. Es un museo industrial y clásico, dos en uno, simultaneando los paneles expositivos
Las esculturas de los Museos Capitolinos expuestos en Centrale Montemartini
La esculturas expuestas en la Centrale, muestran los estadios más significativos de la expansión de la antigua Roma entre el siglo quinto AC al cuarto siglo DC. Asimismo, se muestran una seria de grandes complejos monumentales, vistos antes únicamente en exposiciones temporales, así como el reagrupamiento de piezas pertenecientes a un mismo complejo decorativo., de forma que es posible transmitir la realidad histórica de la antigua Roma de un modo mucho más fidedigno. Este resultado es producto de diez años de investigación sobre el material descubierto en las campañas excavatorias llevadas a cabo desde finales del SXIX a los años 30 del SXX. De esta investigación se obtuvieron datos precisos que permitieron redescubrir la antigua ciudad a través de su propia expansión, de la Republica al Alto Imperio.
Retrato de Giovani Montemartini
La Central
La planta termoeléctrica Giovanni Montemartini de Roma , fue inaugurada con gran pompa el 30 de Junio de 1912. EL aspecto que ofrecía en la época era bien distinto del actual, y de hecho marco el punto de inicio de la industrialización del distrito Ostiense.
El área ofrecía grandes ventajas para el establecimiento de una instalación industrial. Por una parte estaba el rio, lo que aseguraba disponibilidad permanente de agua y por otra se encontraba fuera de los límites fijados por la Murallas Aurelianas, ubicándose en la misma Vía Ostiense. A ello se sumaba el fácil acceso en coche y su proximidad al vía férrea Termini -Trastevere
Ubicada en los terrenos adquiridos a la orden de los oblatos de Tor de´Specchi en 1907 este edificio, máximo exponente del patrimonio industrial italiano, estaba dominado por la gran sala de motores diseñada por los ingenieros M.Carocci e I. degli Abbati, bajo la supervisión de C.Puccione.
Aunque no se mostraba alejada del estilo dominante de la época, a primera vista ofrecía una impresión de gran elegancia y ligereza, particularmente dirigida a mostrar el orgullo industrializador de la ciudad.
El interior estaba diseñado para albergar seis grandes motores diesel que convertían a la planta en una de las más avanzadas del país. Como fuente principal de la energía generada, se eligió el esquema usual en la época de emplear calderas y turbinas.
Desde que la producción de energía eléctrica se consideró un asunto de competencia municipal, Ernesto Nathan, designo al profesor Giovanni Montemartini como responsable de los asuntos técnicos del ayuntamiento. El profesor Montemartini era un firme abogado de la propiedad municipal de las empresas energéticas. A su muerte en 1913, la central recibiría su nombre.
Posteriormente la central se replantearía orientándose a una explotación Diesel, dado su menor consumo, la ausencia de elementos externos, tales como calderas, y la facilidad de arranque. El proyecto sería encomendado a las firmas Franco Tosi y H.Bollinger
Caldera
Al no cumplir Tosi la entrega de los motores Diesel acordados, se decidió instalar una turbina de vapor de 3.000 kw. Dado que un objetivo de la Central era compensar el monopolio de hecho desarrollado por la "Societa Anglo Romana per l'illuminazione de Roma col gas ed altri Sistemi" de no instalar la citada turbina el objetivo fundacional se habría visto en entredicho. En 1915 Tosi cumpliría el compromiso de suministrar motores Diesel de 1000 y 2000 Hp instalando dos turbinas adicionales con el paso de los años, una de 3.000 Kw en 1917 y otra de 6.000 Kw en 1924
Gasometro. "Luxometro" en la Notte Bianca
Quedaba así establecido un sistema mixto de producción, mediante elementos de combustión interna ( motores Diesel) y externa ( Calderas y turbinas de vapor) . En cuanto a estas últimas, se alimentaban del carbón que, por vía ferroviaria, se hacía llegar a la Central. Este esquema era especialmente adecuado para ciudades de tamaño medio y así, mientras las turbinas de vapor constituían la fuente de energía principal, los motores apoyaban en las horas pico ( ej: en las tardes de invierno) con la característica de no funcionar más allá de cuatro horas seguidas, dada la necesidad de lubricarlos.
Abandono y Regeneración
Hacia finales de los años 80 del SXX, el distrito Ostiense estaba repleto de estructuras herrumbrosas. La terminación del ciclo productivo de máquinas e instalaciones hacia que hubiesen resultado abandonadas, incluso algunas habían sido demolidas. Una solución similar se había planteado para la propia central que había sufrido su última gran modificación en 1972, cuando se instalaron en la zona este , tres potentes turbinas de gas, donde antes se ubicaban el almacen de combustible, deposito de carbón y máquinas refrigerantes.
Si embargo, en 1989 se decretó que la central debería ser conservada sin modificar su estructura original para ser convertida en un museo de la energía y el agua donde mostrar, de forma didactica, los usos de las mismas.
Sin embargo la ACEA tenia otros planes y decidió restaurar la central con la máxima fidelidad posible a su organización original. El resto de la historia ya la hemos comentado más arriba.
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