jueves, noviembre 02, 2006

Langreo: Estudios de patrimonio industrial propusieron conservar sólo las dos naves de calderería

Langreo, P. C.


El Ayuntamiento de Langreo quiere transformar los antiguos talleres del Conde en un centro para alojar ferias sectoriales y actos y espectáculos culturales. Además pretende vincular las instalaciones con el nuevo Museo de la Siderurgia de Langreo y reservar espacios para la apertura de negocios comerciales y de ocio. El plan que maneja el gobierno local de Langreo pasa por la adquisición de los terrenos, la rehabilitación de parte de las naves industriales y la demolición de las instalaciones que carecen de valor patrimonial.


El origen de los talleres del Conde se sitúa en la última década del siglo XIX, cuando se abre el ramal del ferrocarril del Noroeste que enlaza Soto de Rey con Langreo. El nuevo trazado ferroviario se convirtió en un polo de atracción de negocios industriales y uno de los primeros en asentarse fue la Compañía de Asturias, impulsada por el ingeniero Arnaldo Sizzo Noris, conde de Sizzo (en el Tirol italiano). La fundición comenzó a conocerse popularmente como los talleres del Conde y muy pronto fue integrada en la Sociedad Metalúrgica Duro Felguera.


Tanto el ferrocarril (ahora línea Oviedo-El Entrego de Renfe) como los talleres del Conde siguen en su ubicación original, aunque las naves ha sufrido importantes modificaciones durante su historia. Con motivo del proyecto fallido del centro comercial de Leclerc, los expertos en patrimonio industrial Aladino Fernández -profesor de la Universidad de Oviedo y ex alcalde de Langreo- y Antonio Ramón Felgueroso -historiador del arte fallecido recientemente- elaboraron en 2003 un informe sobre el interés patrimonial de los talleres del Conde.


El estudio consideraba que los edificios que «merecen ser catalogados y en consecuencia conservados son los que comprenden el antiguo taller de calderería: dos grandes naves de repetición, ejemplos destacados de la arquitectura en hierro, cuyo origen cabe situar a fines del siglo XIX». El informe señalaba que el resto de edificios de la factoría -el taller de ajuste y el edificio de oficinas y servicios generales- «tiene un interés notablemente menor», ya que «ni por edad, no por composición técnica ni estética, ni por tamaño y esbeltez pueden ser comparados con los talleres de calderería».


El Ayuntamiento quiere rehabilitar parte de las instalaciones, crear espacios diáfanos y sustituir las actuales cubiertas por otras de materiales traslúcidos para dar luminosidad al inmueble.

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