La revolución de 1934 y su historia están unidas a la historia de las cuencas, de su industria de sus minas. El libro que aqui traemos fué escrito en la carcel por uno de sus lideres, Manuel Grossi Mier.
Escrito a retazos, por impulso, como se escriben las cosas cuando están muy frescas y uno no quiere olvidarlas, sus paginas nos transmiten de una forma cruda y fresca a la vez, lo acontecido en aquellos 18 días que duró la revolución del norte.
Mas allá de las ideas politicas de cada cual, este libro ayuda a comprender e imaginar cual era la realidad de Asturias, la cuenca y las minas en aquellos dias. También nos habla de los medios empleados para combatir contra el ejercito regular, los trenes blindados, la dinamita. Un ejemplo:
Organización del transporte
El Comité Revolucionario se incautó de todos los vehículos de la localidad: de los camiones de guardias civiles y de asalto; de los camiones de fábricas y empresas de todo orden; de los automóviles de los ingenieros y de la burguesía, etc. Se proyectó crear una organización eficiente de transporte que sirviese a los fines de la revolución.
La gasolina escaseaba. Se convocó, pues, a todos los conductores indicándoles que, dadas las excepcionales circunstancias, no se podía hacer viaje alguno que no estuviese previamente autorizado por el Comité. Las llaves de todos los coches pasaron a poder de éste.
Se organizó una brigada de conductores. Los viajes se realizaban únicamente respondiendo a objetivos revolucionarios, y con la precaución de que quedasen siempre disponibles conductores para casos de urgencia.
La escasez de gasolina era un obstáculo a la imperiosa necesidad de movilizar los medios de transporte. Se recurrió entonces aun procedimiento nuevo. En los laboratorios de la Duro Felguera empezó a fabricarse benzol que, mezclado con gasolina, produjo un compuesto que permitió resolver este problema satisfactoriamente. En lo sucesivo quedaba asegurada la continuidad de los servicios de transporte por medio de comiones y automóviles .
Contrasta este buen sentido organizador con los casos de confusión que se dieron en otros pueblos de Asturias.
El ferrocarril de Langreo fue puesto en marcha formándose algunos convoyes con la misión de establecer una red de enlace entre los pueblos y para el transporte de gente armada. Estos trenes tenían un recorrido de 28 kilómetros: Felguera-Noreña y Felguera-Laviana.
En resumen, su lectura resulta muy interesante.
Condenado a muerte por estos hechos fue amnistiado posteriormente y durante su detención en la Casa del Pueblo de Mieres escribió este libro “La insurrección de Asturias”, publicada por ediciones de La Batalla en 1935 y reeditada en noviembre de 1978 por ediciones Jucar.
Durante la Guerra Civil, mandó la columna del POUM, que se formó en Cataluña para luchar en el frente de Aragón. Tras la contienda se exilió en Brignoles (Francia) donde rehizo su vida. Mantuvo una correspondencia frecuente con sus amigos de juventud a los que al fin pudo volver a ver en Mieres tras la muerte de Franco.
Falleció en 1984 cuando preparaba su retorno a España para participar en los actos conmemorativos del cincuentenario de la Revolución de Asturias, a los que había sido invitado.
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