viernes, diciembre 01, 2006

Joan Clos, la térmica y hoteles de lujo en antiguas instalaciones industriales

Fuente : LNE

ALBERTO DEL RÍO

El Ministro de Industria, Joan Clos, fue, hasta hace poco, alcalde de Barcelona, ciudad pionera en España en el rescate y reconversión del patrimonio industrial.

Este lunes leo que, en Milán, E. Garosci ha convertido una vieja nave (27.000 metros cuadrados) de la General Electric, en un original museo-hotel vanguardista con tanto éxito que piensa construir doce más en otras ciudades del mundo. La premisa es que se asienten en viejas instalaciones industriales.

El martes ojeo que lo de la magdalena de Marcel Proust va a ser editado en cómic. Publicación que difundirá «En busca del tiempo perdido».

El miércoles extravío las gafas. Fue un día feliz, aunque me escoñé la nariz. Abro el cajón de los recuerdos con la visita que los Amigos del Museo de las Ciencias de Cataluña hicieron a Avilés, asombrándose de la calidad de nuestro patrimonio industrial.

Más tarde vino Eusebi Casanelles, director de dicho museo, con quien visité la central térmica (29.000 metros cuadrados) y que se me quedó atónito ante tal singularidad arquitectónica e industrial de mediados del siglo XX.

Sepa el Ministro que el edificio va a ser arrasado, por orden de Infoinvest (empresa de gestión inmobiliaria de la estatal SEPI), entre protestas de entidades y organismos nacionales e internacionales.

Sepa el Ministro que dicho inmueble es el más importante testigo de un pasado industrial que cambió la faz de esta ciudad milenaria, quintuplicando su población. Es el único signo categórico (que el resto fue dinamitado) de una época que nos están borrando.

Estamos más que hartos, Ministro. Empachados, pero no batidos. Paradojas con reminiscencias gastronómicas, que espero comprenda Joan Clos.

Por cierto, ¿ha probado el Ministro las magdalenas de Proust? Aquí nos lo hacemos a base de marañuelas, quizás porque no queremos andar, para los restos, en busca del tiempo perdido, si es que nos destruyen, como está planeado, la térmica de Avilés. Catedral industrial. Patrimonio impagable.

No encuentro las gafas. Temo que Infoinvest me las haya demolido.

A esto añadiria que la residencia de ingenieros está a punto de caer bajo la piqueta, y eso tambien será una perdida irreparable

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1 comentario:

  1. Anónimo11:53 p. m.

    Es un artículo tan divertido como efectivo. Una joya literaria de las que no se ven con frecuencia.

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