lunes, septiembre 25, 2006

El Estado ingresará 1,65 millones por la chatarra de los últimos restos de Ensidesa


Se ultima la destrucción de la 2ª Revolución Industrial en Avilés. Un paso que no tiene vuelve atrás. Avilés se arrepintio por el desmontaje de los Altos Hornos. ¿Como es posible que ahora se repita la historia?



Fuente: LNE

La segunda fase del desmantelamiento de las instalaciones siderúrgicas de la vieja cabecera de Ensidesa está a punto de ejecutarse. El próximo mes comenzarán los desmontajes de los últimos vestigios arquitectónicos de la Fabricona que aún quedan en pie. El taller del antiguo departamento de fluidos, la nave de compresores, dos depósitos elevados, el gasómetro número 3 y varios kilómetros de tuberías aéreas sin uso serán en unos tres meses pasto de la piqueta.

Y la que es considerada una de las joyas del patrimonio industrial asturiano, la vieja térmica de Ensidesa, tampoco de librará de este proceso. El parque empresarial se enfrenta a un proceso de cambio y ampliación, muy a pesar de quienes opinan que esto supone un atentado a la historia industrial reciente de la comarca.

Las demoliciones comenzarán en octubre y se dividen en cinco paquetes de obra. Infoinvest, la gestora de los suelos de Ensidesa, pagará a las adjudicatarias de los derribos más de cinco millones de euros (5.121.932) y percibirá de ellas 1.648.000 por la chatarra generada. El plazo de ejecución es de tres meses, por lo que a finales de año habrán desaparecido del polígono de la ría prácticamente todos los restos de la gran siderúrgica avilesina. La térmica supone la excepción, por lo complejo de su derribo. El proyecto técnico de demolición se encuentra aún en fase de redacción, por lo que las obras no comenzarán hasta el mes de noviembre; el plazo de ejecución será de un año. A finales de 2007 sólo los gasómetros número 1 y 2 y el complejo de baterías de coque, a los que Arcelor aún saca rendimiento productivo, quedarán en pie en la margen derecha de la ría como recuerdos de Ensidesa.
A continuación se detallan los elementos a demoler y qué técnicas se emplearán en cada operación.
lDos chimeneas y dos depósitos elevados. La demolición será por voladura controlada y ha sido contratada a la unión temporal de empresas (UTE) Ortiz Construcciones y Consulnima por 328.872 euros. Infoinvest ingresará 6.000 euros por chatarra.
l Edificios de compresores y fluidos, más pequeñas naves. Para el desmantelamiento de estas estructuras, la UTE Voladuras y Demoliciones y Coarsa -que percibirá 327.000 euros- se utilizarán sistemas tradicionales, como palas y martillos mecánicos. La UTE pagará a Infoinvest 7.000 euros por los restos de estos edificios.
l Gasómetro y tuberías asociadas. La UTE Ortiz Construcciones y Consulnima, que cobrará 565.100 euros, será la encargada de eliminar uno de los gasómetros que perfila el paisaje industrial avilesino. La chatarra producida está valorada en 90.000 euros. Para el desmontaje del gasómetro se utilizará un sistema complejo, inverso al de su construcción. Se comenzará retirando las piezas superiores, y así hasta llegar a la base. Los gasómetros, estructuras cilíndricas de 80 metros de alto y 45 de diámetro, almacenan gas procedente de otras instalaciones y lo distribuyen a aquéllas que lo utilizan como energía.
l Varios «racks» de tuberías. Son tuberías aéreas en desuso dentro del polígono de la ría que se eliminarán por medio del corte y desmontaje. Posteriormente, se descontaminará el suelo por donde discurren. La obra ha sido adjudicada a la UTE Ortiz Construcciones y Consulnima por 331.690 euros y ésta tendrá que pagar a Infoinvest 215.000 euros en concepto de venta de chatarra.
l La térmica. La demolición más polémica, la de la vieja térmica, será la más complicada y supondrá a Infoinvest el pago de más de 3,5 millones de euros (3.569.270 euros, más IVA). El proyecto de demolición se encuentra actualmente en fase de redacción e Infoinvest prevé que las obras comenzarán en noviembre. La adjudicataria, Demoliciones Lezama, utilizará técnicas mixtas, es decir, se combinarán el desmontaje por métodos tradicionales y la demolición por voladura, y la empresa pagará a la gestora del suelo 1.330.000 euros por la chatarra que recuperará. Una vez concluido este proceso, se realizará al análisis del suelo para comprobar si es necesario proceder con los trabajos de descontaminación. La central térmica se proyectó entre 1952 y 1954 para suministrar energía a los distintos departamentos y talleres de Ensidesa y generaba la mayor parte de la energía necesaria para el proceso productivo.
Historiadores y conservacionistas alzaron sus voces recientemente para salir en defensa de la térmica de Ensidesa, ante el anuncio de su derribo. Hubo algunos que incluso se aventuraron a aportar ideas para dar nuevos usos a edificios emblemáticos de la comarca y de su legado industrial, poniendo como ejemplo casos similares en otras ciudades europeas. Pero ni las peticiones de moratoria para los restos de Ensidesa ni los posibles proyectos para conservarlos tienen respuesta institucional afirmativa.
Historiadores como Alberto del Río o Juan Carlos de la Madrid, o arquitectos como José Ramón Fernández Molina denuncian el olvido en el que se encuentra sumido el patrimonio industrial. La asociación internacional Docomomo (Documentación y Conservación del Movimiento Moderno), a la que pertenece Fernández Molina, tiene en su registro diez edificios avilesinos: dos naves de electrolisis de Alcoa, el edificio de Cristalería Española, la acería Martín Siemens, la central térmica, el parque de Bomberos, los talleres de laminación, la depuradora, los hornos de fosa, el depósito de locomotoras y baterías de coque. «Existen muchos intereses. El achatarramiento da muchos beneficios y parece que sigue interesando», afirma el arquitecto. El período más decisivo de la historia industrial de la ciudad, dicen, está a punto de ser enterrado.

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