Hay pistas forestales y antiguas trazas ferroviarias que te permiten perderte en la naturaleza.
No siempre ha sido asi.
En el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX la actividad minera del hierro era frenetica, varios ferrocarriles surcaban el valle acarreando mineral hasta los puertos o descargando en otros ferrocarriles que lo transportaban a las plantas siderurgicas. En la actualidad quedan pocos rastros importantes de la actividad minera, los ferrocarriles son vias verdes, las minas cerradas y el valle ha vuelto a su silencio. Pero....
Accediendo por la antigua traza del ferrocarril Castro-Traslaviña cerca del barrio de Los Castaños estan los restos de Mina Catalina y alli se conservan en bastante buen estado dos hornos de calcinar mineral de hierro (carbonatos) construidos entre los años 1955 y 1960 y que dejaron de funcionar en los años 70 por falta de rentabilidad de la mina. Son dos hornos conicos
con chimenea construidos en ladrillo refractario y con zunchos metalicos de refuerzo, la base es cilindrica y construida en piedra, tienen unos 20 metros de altura.
La boca de carga esta situada en la parte superior del horno, donde empieza la chimenea. Los hornos se cargaban directamente con vagonetas a traves de unas pasarelas metalicas que todavia se conservan en parte. Rodeando cada horno, en la parte inferior hay una plataforma que da acceso a cuatro puertas metalicas que actuaban de tiro y servian tambien para "empujar" el mineral hacia la boca inferior de descarga. Tambien se conserva en buen estado la tolva de carga a los vagones y la maquinaria de lavado y triturado de mineral.
En un edificio cercano hay una placa que indica "Mina Catalina Oficinas" . En el monte, por encima de los hornos hay un lago que recuerda donde estaba la mina antes de que se inundase.
La zona merece una visita, los hornos se conservan en estado aceptable, pero nadie los cuida y hay ya mucha vegetacion que ha crecido en sus paredes, dentro de poco pareceran
piramides Mayas en la selva de Yucatan.
Más información:
Un saludo. Felicidades una vez más. Que bueno es la gente se anime a visitar Patrimonio a través de entradas como esta y palpar a pie de obra nuestra inquietud. Hasta pronto!
ResponderEliminarGracias por los animos. Por cierto, muy bueno lo de Anis del Mono
ResponderEliminarPor delante de esos hornos, he pasado yo mil veces, cuando era muy niño, a llevarle la comida a mi padre en una cesta de mimbre y que trabajó en esa mina, primero en las galerías y después a cielo abierto....¡que recuerdos!. Javier Garape
ResponderEliminarDe piedra me dejas... porque yo vivía en el barrio Galicia, un poco más arriba. Mi nombre es Angel y ahora tengo 61 "pa" 62.
EliminarPor si acaso leyeras este comentario y quieres ponerte en contacto conmigo mi email es an9elma@gmx.com.
Un abrazo. Angel.
haber si el ayuntamiento los limpia de maleza que se come los hornos
ResponderEliminar