sábado, julio 21, 2007

Parque Fundidora Monterrey


Fuente :Asturias opinión


Hace dos años entre las ponencias que se plantearon dentro del marco de las II Jornadas Sobre Nuevos Espacios de Creación Contemporánea: Los Nuevos Contenedores para el Arte, hubo una que podrían inspirarnos a las avilesinas y a los avilesinos. De cara a formarnos una opinión y forjar un criterio, conocer otras experiencias y adecuar nuestras necesidades y expectativas respecto al futuro cultural de la ciudad. La forma en que la ciudad mexicana de Monterrey puso en valor su patrimonio industrial a través del proyecto Parque Fundidora puede ser una.

Lo contaba en aquellas jornadas, la responsable de la coordinación de sucesos y relaciones públicas Elisa Verónica Treviño, quien también nos informaba, que el Parque Fundidora había sido declarado sede del próximo Forum Universal de las Culturas, para este año 2007. Cuando se habla de Parque Fundidora, hablamos de una intervención de puesta en valor y aprovechamiento de la herencia del patrimonio industrial de la siderurgia Fundidora Monterrey, luego de su cierre por quiebra en 1986.

La Fundidora Monterrey era una pujante siderúrgica que se creo, por la iniciativa de Adolfo y Carlos Prieto, Vicente Ferrara, León Signoret, Eugenio Kelly y Antonio Basagoiti, hombres emprendedores y con visión empresarial, que a principios del siglo XX, vislumbraron el potencial del estado de Nuevo León como productor de acero.

Sus instalaciones contaron entonces con el primer alto horno instalado en América latina, aquel bisabuelo de los altos hornos de hoy; que aún se conserva intacto dentro del parque, llegó a producir el solito 100.000 toneladas anuales de acero, y en 1977 a la máxima capacidad instalada de los tres restantes, la Fundidora Monterrey alcanzó la meta del millón de toneladas de acero.

La siderurgia transformó la vida en aquel lejano y olvidado estado agrícola y ganadero del norte, y durante los 86 años en que permaneció abierta dio trabajo a varias generaciones de regiomontanos. Poco antes de cerrarse, su primer alto horno fue declarado monumento y se protegió mediante una ley de patrimonio.

Hasta aquí la historia de esta ciudad es muy similar a la de Avilés, pero varía el enfoque de cómo, decidieron recuperar y operar aquella ingente cantidad de terrenos y equipamientos. Para acometer la tarea, crearon el Fideicomiso Parque Fundidora y se empezaron a diseñar uno de los mayores parques temáticos en torno a la actividad siderúrgica.

Parque Fundidora Museo de Sitio de Arqueología Industrial nació con la vocación de ofrecer a la familia un lugar de descanso, donde practicar el deporte, con una oferta de entretenimiento, con actividades de formación, encuentros empresariales, pasarelas comerciales y de fomento cultural y artístico. La oferta de equipamientos y actividades pasa por una sala de cines, una pinacoteca con dos salas de exposiciones, mediateca, taller infantil y un teatro con capacidad para 350 personas.

En diseño de Parque Fundidora hay un trabajo urbanístico de vialidad y accesibilidad importante, que devolvió el acceso a estos terrenos antes exclusivamente industriales a través de pasarelas, túneles y calles. Dentro de sus instalaciones se crearon espacios de distribución peatonal, de recreo y descanso, son plazas que permiten uniones de calles, redes y centros de distribución peatonal, como la Plaza de los Visionarios donde se rinde homenaje a los hombres que tuvieron la iniciativa de crear aquella empresa, hace ya más de un siglo.

O la Plaza Grúa Portal con sus 3.200 metros cuadrados donde se puede apreciar la enorme grúa puente del horno alto número 3. La Plaza B.O.F. que significa (Basic Oxygen Furnase) horno básico de oxígeno y el Lago Aceración, que constituyen una de las zonas más impresionantes del recinto, donde se hayan las antiguas chimeneas del departamento de aceración y el enorme lago Aceración, que ocupa 2,4 hectáreas de superficie, pero no es el único espejo de agua del parque, ya que hay otro lago dentro de las instalaciones, se llama el Raje.

El raje es una expresión de los obreros de la construcción, que denomina la acción de abrir un tajo, este se creó en 1950, luego de una intervención en el suelo en busca de un manantial. Otra plaza interesante es la del horno alto Nº:3, situado a espaldas de lo que fue la instalación del horno alto y que hace las funciones de vestíbulo de acceso al auditorio de la Fundidora. Otra plaza es la del horno alto Nº:1 este lugar fue declarado Sitio Histórico relevante por la American Society for Metals, en ella se pueden apreciar diferentes estructuras y equipamientos, como los equipos auxiliares, las cinco estufas de precalentamiento, la chimenea de ladrillo y la nave de los ingenios de soplo.

La plaza de lo Crisoles se extiende entre uno de los hoteles y Centro Internacional de Negocios y albergan a los antiguos crisoles que contenían el hierro fundido. También cuenta el Parque Fundidora con dos grandes superficies de concentración, la explanada Carlos Prieto, donde se encuentra el auditorio de su nombre, la pista de hielo y el lugar donde se alza la fuente Obreros del Acero que rinde justo homenaje a los trabajadores de la siderúrgica, y la explanada Adolfo Prieto que se encuentra frente a las antiguas oficinas. En ella se encuentra el reloj de sol realizado en 1938 por el arquitecto Bertrán Quintana.

También están dentro del parque el centro de desarrollo artístico “Alfonso Reyes”, una preparatoria especializada en arte y humanidades de nivel medio superior con formación en cuatro áreas: danza, teatro, música y artes plásticas. Plaza Sésamo un parque de diversiones que combina tecnología, diversión y educación, y que cuenta con atracciones como Aquamundo, Villa Sésamo, dos teatros, juegos mecánicos, restaurantes y cafeterías.

Allí podremos ver el espléndido Auditorio Fundidora, con un aforo de 7.000 espectadores sentados, 44 palcos y un talud ajardinado con capacidad para 16.000 espectadores, actualmente es uno de los mayores escenarios del norte de México. La Arena Monterrey, que es un gran espacio para encuentros deportivos con capacidad para 17.200 espectadores, con áreas comerciales, y totalmente climatizado. También hay un parque del Acero que es la sede de las ligas pequeñas de béisbol y softbol de Nuevo León.

Cuenta con 7.000 plazas sentadas y se puede utilizar para otros encuentros y convenciones. Cintermex, es el centro internacional de negocios de Monterrey esta ubicado dentro del parque y dispone de un centro de convenciones de 18.380 metros cuadrados, repartidos en seis salas, cuenta con un área de convenciones con 19 salones, que pueden recibir a 2.200 personas y espacios para 150 oficinas de representación.

El auditorio Carlos Prieto es un gran espacio multiusos que se alquila para organizar actos sociales privados. El pabellón Sintram, que hospeda el Sistema Integral de Transito Metropolitano que controla todo el tráfico metropolitano del área de Monterrey.

El pabellón Sopladores se rescató para convertirlo en un museo de sitio, o aula de interpretación, ya que era donde se ubicaban las maquinas sopladoras de aire que permitían la combustión de los altos hornos. Dentro del parque también hay dos hoteles de cinco estrellas con una oferta total de 392 habitaciones. Los recorridos dentro del parque se pueden hacer caminando, en bicicletas privadas o las que el propio parque pone en alquiler y en un atractivo tren que recorre las instalaciones.

Sin duda alguna este lugar no sólo ha regenerado el terreno degradado, agredido y contaminado por los años de uso industrial, sino que ha logrado establecer una nueva centralidad cultural y de ocio en la ciudad. Qué otras ventajas tiene el Parque Fundidora, una de las que más me llama la atención es ese carácter mixto de sus actividades, que combina lo industrial, lo cultural, lo empresarial, lo comercial, lo social, lo artístico, lo lúdico, el ocio y el deporte.

Otro acierto es la creación de un fideicomiso en el que participan el gobierno y la iniciativa privada, es un modelo societario mixto que permite una estructura de gestión transparente, flexible y muy adecuada para un centro de estas características. Los concursos públicos de todas las contrataciones del Parque, así como sus cuentas de gastos anuales, se pueden consultar públicamente en la página web del lugar que es este:

http://www.parquefundidora.org/ en un derroche de transparencia envidiable.

Lo público logra sus objetivos sociales en Parque Fundidora, y lo hace con una alianza estratégica con la iniciativa privada, sin menoscabo de su misión de espacio público gratuito con una gran oferta de servicios, que despliega en un amplio abanico de actividades comerciales y docentes, didácticas y formativas, que se instrumentan a través de procesos formales, dentro de los centros de estudios, o informales por medio de las visitas guiadas. Cuenta con un MAP, Manual de Apoyo Pedagógico, para las visitas de escolares y un nutrido grupo de guías voluntarios entre los que se incorporaron multitud de ex trabajadores de la siderurgia.

Cuál es el secreto de la operación de este parque gigantesco, cómo puede afrontar el enorme nivel de gastos que representa operar un parque de esas dimensiones, y ofrecer gratis muchas de sus actividades. El Fideicomiso que gestiona el parque, logra recaudar fondos suficientes vía alquiler de equipamientos, espacios, instalaciones hoteleras, locales y convenciones, mismas que le reportan el retorno del 75% de su coste de operación.

Un apoyo muy importante lo recibe del grupo de voluntarios, que sin duda alguna es otro de los factores de viabilidad financiera, mediante el apoyo que brinda para su operación. Esta participación ciudadana ya demostró sus ventajas en nuestro país, a través de las sociedades de amigos y voluntarios de los jardines botánicos, o del mismo Guggenheim que ya cuenta con 15.000 asociados.

El Parque Fundidora ha reutilización grandes zonas de terrenos industriales, con diferentes intervenciones dentro de un concepto de parque público integral e integrador, que alterna instalaciones para el ocio, la cultura, el comercio y el arte privadas y públicas. De esta experiencia regiomontana, salvando las distancias y sobre todo los tamaños, l@s nin@s podemos aprender varias cosas, ya que se trata de dos modelos de ciudades industriales siderúrgicas similares.

Una de ellas es la visión global que los padres del proyecto han tenido en la intervención. Otra lección amarga que podemos aprender es, que destruir vestigios industriales es atentar contra nuestro propio patrimonio. Los vestigios industriales pueden convertirse en dinamizadores locales y creadores de riqueza.

La pérdida de equipos, construcciones e instalaciones del patrimonio industrial de Ensidesa, ha sido un error irreparable. Es necesario, antes de que sea demasiado tarde, replantearnos la estrategia que vamos a seguir con lo que aún queda en pie de las antiguas instalaciones de Ensidesa.

Otra lección de los mexicanos, que podemos adecuar a nuestra idiosincrasia, es que cualquier intervención que pretenda una viabilidad económica sensata, pasa por adoptar un modelo de gestión mixto a través de un fideicomiso, fundación, patronato, autoridades y voluntarios, que procure fondos y apoyos sociales participativos a través de acciones comerciales de patrocinio, donativos deducibles, subvenciones y que canalice las donaciones de las personas “corrientes” pero interesadas e involucradas a través del trabajo voluntario. En nuestro caso sería interesante recuperar la experiencia y los conocimientos, entre los antiguos trabajadores de Ensidesa, los ex alumnos de la Escuela de Aprendices, los afiliados a los sindicatos del metal, las asociaciones deportivas, recreativas, culturales y de vecinos de extinta Ensidesa.

En fin recuperar aquella enorme capacidad organizativa y emprendedora del tejido social de la extinta Ensidesa. Esto ayudará a terminar con aquella imagen de que a l@s nin@ nos lo dan todo hecho y que vivimos de la subvención y que nos sometemos al direccionismo cultural.

La responsabilidad y la cohesión social de una comunidad se miden en función de nuestra capacidad de participación, a través de la creación de asociaciones y grupos de voluntarios para apoyar aquellas acciones que busquen el bien común para el futuro de Avilés, por encima de los intereses personales y de las ideologías.

Serikame

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