Después de muchos años de no visitar las instalaciones, Don José María Saucedo pudo por fin apreciar el proceso de restauración.
El recuerdo llegó hasta lo más profundo de su ser, su ilusión era darle un beso y sentir como su frío cuerpo se volvía a llenar de ese calor que alguna vez había tenido, pero este sueño tendrá que esperar unos meses más, cuando las obras de restauración del Horno Trex, donde se instalará el Museo del Acero, hayan avanzado un poco más.
Después de muchos años de no visitar las instalaciones de la Antigua Fundidora, don José María Saucedo pudo por fin apreciar con sus sabios ojos el proceso de restauración de uno de los íconos del patrimonio industrial de Monterrey que él ayudó a construir.
“Tenía mucho tiempo de no venir para acá, solamente veía la torre desde lo lejos cuando pasaba por la avenida Constitución o por alguna calle de por aquí, me da gusto que me hayan podido recibir hoy y ver que es lo que están haciendo con el horno”, comentó don José Saucedo Flores.
Con un día despejado y un clima clemente ante el frío que la estación de invierno demanda, don José Saucedo pudo visitar las instalaciones del Horno Trex de Fundidora, en compañía de su esposa Lilia Rodríguez de Saucedo y su hija Dora Maria Saucedo.
Poco a poco, va conociendo los cambios que se le han hecho al horno tres de Fundidora, el que alguna vez ayudó a instalar.
Ingrid Silva Serrano, responsable de las colecciones del Museo de Acero le explica a don José cada una de las etapas de restauración a las que ha sido sometida la estructura del horno.
La plazoleta principal, las galerías de historia del acero y de Fundidora, el espectáculo de luces y fuego que estará dentro de horno central, todo entusiasma a don José Saucedo, quien con su libro de poemas en mano es testigo de la resurrección de los altos hornos de la Fundidora.
“Se ve que se están moviendo muy rápido, va a quedar todo muy bonito. Nunca creí que alguno de los hornos de Fundidora volviera a trabajar mucho menos que terminaría siendo un museo, nunca me lo imaginé cuando apenas o estábamos construyendo”, explicó quien fuera trabajador de Fundidora y de la compañía Aceros Planos de Monterrey.
Sentado en su silla de ruedas, ahí le iban explicando cada una de ls fases de restauración de horno de la Fundidora y del como se le brindaría un tipo de homenaje a todos aquellos trabajadores que trabajaron en esta empresa que por muchos años fue estandarte de la ciudad de Monterrey.
Aunque ya se han tomado algunas entrevistas y capturado algunos textos de personas ex trabajadores de la Fundidora, Ingrid Silva Serrano comentó que existen algunas otras entrevistas y proyectos en donde se podría involucrar a don José Saucedo, quien gracias a su trabajo y disciplina pudo combinar su labores dentro de la Fundidora y sus estudios en el Tecnológico de Monterrey, lográndose recibir de la carrera de Ingeniero en 1982.
Una de las formas en las que podría colaborar dentro de algunas de las actividades que brindaría el Museo de Acero es con la donación de un ejemplar de su libro "Las poesías de mi padre.
Recopilación de poemas acrósticos y calaveras del Ing. José María Saucedo Flores", que el propio trabajador escribió y dentro de cual se encuentran un poema dedicado al ingeniero Francisco G. Gálvez, promotor de los altos hornos de Fundidora.
Este libro podría ser albergado dentro de la biblioteca del archivo que se planea realizar dentro del Museo de Acero, lo cual podría servir como un homenaje a quien dedicó unas cuantas frases a la memoria del Horno Tres de Fundidora.
Al final de la charla, don José Saucedo quiso realizar un recorrido por la parte interna de las instalaciones de Horno Tres de Fundidora, el cual no pudo ser del todo como él quería, pues los procesos de restauración y de construcción aún se realizan en gran medida, sin embargo, con el sonido de los martillazos sobre el acero y las chispas que salían de los trabajadores que soldaban algunas vigas fue suficiente para que don José rejuveneciera más de treinta años en su vida.
“Yo quería darle un beso a horno, pero pues bueno esta vez no se pudo ya después vendré cuando este terminado el museo y pueda darle su beso.
Esta visita significa mucho para mí porque de aquí yo le dí techo y comida a mi familia y ahora veo que lo sigue haciendo, porque está dando de comer a todas las personas que están trabajando ahí en la restauración”, explicó José Saucedo.
Fuente:
AldrichPears
Un museo que nació de un alto horno
Algunos podrían haber descartado el Alto Horno No. 3 como una reliquia industrial anticuada, pero
Parque Fundidora imaginó un museo dentro de la construcción delimitada por paredes que se estaban desmoronando. Hoy ese sueño se está transformando rápidamente en una realidad.
Horno Trex abrirá sus puertas al público como el flamante museo y centro de ciencias de Monterrey junto con
el Fórum Universal de las Culturas en septiembre de 2007.
Hace cien años, el parque era el lugar en donde estaba el primer siderúrgica integrada del país: Fundidora de Monterrey. Actualmente está ocupado por espacios verdes y por instalaciones educativas, recreativas y comerciales visitadas por más de dos millones de personas al año. En Parque Fundidora,
un Museo de Sitio de Arqueología Industrial de México, hay numerosos edificios antiguos maravillosamente restaurados.
El Alto Horno No. 3 que se perfila dominante en el horizonte de Monterrey es uno de los íconos más reconocidos de la ciudad. Simboliza la importancia de la industria en el pasado y futuro de Monterrey. El Patronato Museo del Acero consideró que ese era el lugar ideal para crear un entorno educativo y recreativo en donde las familias y los niños pudieran descubrir la historia y la tecnología de la producción de acero en México.
Esta visión pudo hacerse realidad gracias al equipo de diseño de AldrichPears Associates que, con la colaboración del personal del museo, desarrolló una experiencia única y atractiva por la cual los visitantes pueden conocer la importancia de la producción de acero en México y la ciencia en que se basa este importante material. El equipo de diseño también trabajó en estrecha colaboración con
Grimshaw Architects,
Oficina de Arquitectura y con asesores y consultores locales para encontrar soluciones a los desafíos que presentaba la restauración del alto horno. AldrichPears Associates formó un equipo junto con
Vista Collaborative Arts para desarrollar el concepto de una de las atracciones del museo: el Show del Horno, un espectáculo de efectos especiales. Actualmente, el equipo de AldrichPears está trabajando con
The Taylor Group,
Margen Rojo,
Acumen,
Unified Field,
Performance Solutions y
Lightworks para diseñar, fabricar e instalar los exhibidores.
Objetivos y desafíos
Los objetivos interpretativos del Museo del Acero consisten en contar la historia de cien años de producción del acero en México, explicar los pasos del proceso de producción de acero y brindar a los visitantes la posibilidad de vivir la apasionante experiencia de pararse cerca del Alto Horno No. 3 cuando el acero fundido se vierte como un río de fuego y humo. El desafío consistía en encontrar la mejor forma de contar estas historias tan complejas—historias que nunca se habían contado antes en un museo y centro de ciencias—de manera que fueran fascinantes y fáciles de entender para los visitantes.
Si bien la creación de un museo dentro de un alto horno abandonado y de cuarenta años de antigüedad era una oportunidad excepcional, el equipo de diseño tenía que considerar el deseo de preservar la integridad histórica del edificio y al mismo tiempo proveer a los visitantes una experiencia educativa apasionante.
Estrategias de diseño
Para satisfacer estos desafíos, el equipo de diseño usó varias estrategias.
Proveer varias opciones a los visitantes
El Museo del Acero ofrece una gama de experiencias bien diferenciadas. Los visitantes pueden embarcarse en un conmovedor viaje a través del tiempo en la galería de historia,
México a Través del Acero; visitar la divertida galería del acero basada en la ciencia,
La Acería; ver cuando el alto horno cobra vida en el
Show del Horno, el espectáculo de efectos especiales o viajar en el elevador de minerales hasta la cima del alto horno para vivir El Viaje a la Cima.
Hacer que el contenido sea interesante
Las oportunidades para la interacción manual abundan en la galería de historia. Los visitantes pueden escuchar por teléfono las historias de los trabajadores, ver imágenes de los trabajadores del acero trasladándose por un modelo del primer rascacielos de México y aprender más sobre la historia de la producción de acero por medio de programas informáticos interactivos. En la galería del acero se usan entornos de inmersión y juegos corporales para transportar a los visitantes al molino o a la mina para experimentar los diferentes procesos. Los niños pueden deslizarse por una maqueta gigante de un alto horno y los visitantes de todas las edades pueden hacer pruebas en el Laboratorio del Acero.
Usar íconos para asegurar espacios
Los artefactos de gran tamaño como un carro torpedo y un camión de entrega de tamaño normal sirven para atraer a los visitantes a las distintas áreas de exhibición de la galería de historia. El telón de fondo de la galería del acero es un diagrama tridimensional y a gran escala que ilustra la producción de hierro, acero y fundición y provee el contexto para realizar exhibiciones interactivas.
Los colores primarios usados en los paneles gráficos varían para que cada área de exhibición tenga una apariencia definida. En los gráficos de la galería de historia se usa una gama de colores apagados para complementar el ambiente decoroso del espacio histórico. Por el contrario, los colores de los gráficos de la galería del acero son modernos, coloridos, divertidos y transmiten mucha energía.
Proveer una experiencia de varios niveles a través de la multimedia
Las exhibiciones en video y audio generan distintos climas y mensajes a través de una experiencia multisensorial. Los archivos de audio y video transmitidos en la galería de historia por una radio y una televisión antiguas acercan a los visitantes a una etapa pasada. Los visitantes de la galería de historia pueden subirse abordo de un tren de minerales y observar el cambio del paisaje a medida que el tren recorre el camino hacia la planta de acero. El público del Show del Horno puede sentir de alguna manera la experiencia de estar ante un alto horno activo por medio de los efectos de sonido, chispas y un río simulado de hierro fundido.
Conclusión
El Museo del Acero es pionero en muchos aspectos. Es la primera vez que se rediseña un alto horno como un museo y que se cuenta la historia del acero en México en una instalación interpretativa. El equipo de diseño de AldrichPears está complacido por haber desarrollado soluciones de diseño de exhibidores novedosos y creativos que le permitieron superar los desafíos inusuales de este proyecto.
AldrichPears Associates desea que llegue el día de apertura de esta instalación de talla mundial, un museo y centro de ciencias que conectará a los visitantes con la historia de la producción de acero en México y que será la inspiración de los futuros científicos e ingenieros de acero del país.
Más información:
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