Fuente: Ferropedia. Los antecedentes de la construcción de la línea de Asturias fueron tan tortuosos como el trazado que finalmente se eligió, ante la imposibilidad de una línea más rectilínea -teniendo en cuenta la tecnología de la época- por el tremendo desnivel que debía salvarse para ir desde el nivel del mar hasta la Meseta.
El empeño empresarial había unido en una sola compañía la construcción del acceso a Asturias y a Galicia por Ponferrada, pero mientras este último avanzó de forma sostenida a partir de febrero de 1880 –que fue cuando se constituyó la “Compañía de los Ferrocarriles de Asturias, Galicia y León”-, el acceso a Asturias se perdió en un mar de discusiones técnicas. En 1880 la citada compañía convocó un concurso para las obras del túnel de La Perruca, con el que se inicia el descenso de Pajares.
Sin embargo, a partir de ahí surgen un considerable número de interrogantes. El trazado se había previsto de forma serpenteante para disminuir la pendiente a costa de aumentar el recorrido. Dos años se pierden en estudios y propuestas, entre otras las de acortar el recorrido y aumentar las pendientes a 35 milésimas, solución propuesta por un ingeniero francés, asesor de la empresa.
La propuesta de semejantes pendientes –que hubieran supuesto una gran dificultad para la explotación-, provocaron tal indignación en Oviedo que el 27 de marzo de 1881 se celebró una gran manifestación en una plaza a la que luego el Ayuntamiento inmortalizó con el nombre de “Plaza de la Escandalera”. // SEGUIR LEYENDO
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