En septiembre de 2000 cumplía 100 años la línea férrea que desde la localidad aragonesa de Ojos Negros llevaba mineral para su explotación en El Puerto de Sagunto. De esta manera nació lo que hoy es la locomotora industrial y en servicios del Camp de Morvedre - El Puerto de Sagunto.
Los dificiles comienzos.
Pero se planteó un problema importante: el transporte del mineral desde el yacimiento hasta la costa, bastante alejada, por lo que el precio de dicho transporte suponía una importante fracción en el costo final del mineral. Por aquel entonces acababa de ponerse en servicio la línea de tren del "Central de Aragón" desde Calatayud a Teruel, Sagunto y Valencia, cuyo trazado pasa a poca distancia del citado yacimiento.
Lo racional y lógico era tender un ramal desde la mina a dicho ferrocarril, pero el inductor de la Compañía Minera, Sir Ramón de la Sota y Llano (título real que se le concede por sus relaciones comerciales con Inglaterra), con negocios navieros -Naviera Sota y Aznar, S.A., siderúrgicos y mineros discutió con el Ferrocarril Central de Aragón el transporte del mineral de Ojos Negros, pero optó por construir su propio ferrocarril Ojos Negros-Sagunto por su mayor economía en el transporte y mayor rendimiento.
Locomotora tipo Garratt
El caso es que la Compañía de "Sierra Menera" decidió tender un ferrocarril, prácticamente paralelo al del "Central de Aragón", a la vez que se construía un puerto propio en Sagunto para la exportación del mineral. El “Central de Aragón", viendo perdido un tráfico tan tentador, intentó por todos los procedimientos legales a su alcance vetar primero la autorización de su concesión, y después, impedir la construcción de su "hermano menor" por medio de constantes litigios, recursos, no-autorización de obras que afectaban a su trazado, etc.
Solicitada la concesión del ferrocarril por la Compañía Minera de Sierra Menera S.A., su autorización se publicó en la Gaceta de Madrid el 11/1/1902, con la firma de la Reina regente, clasificado como "ferrocarril económico" con intervención e inspección en su explotación por el Ministerio de Obras Públicas. La citada empresa explotadora del ferrocarril solicitó y consiguió que se le eximiera de la intervención oficial, por dedicarse exclusivamente el transporte del mineral de hierro de Ojos Negros (Teruel) a la costa del Mediterráneo. Su primer director fue Luis Cendoya.
La inversión del capital privado sin ayuda económica oficial fue un gran triunfo de la iniciativa privada, con concesión para noventa años prorrogables. Una vez que las Cortes aprobaron la concesión en 1902, comenzó su trazado.
La elección del camino de la vía férrea ofrecía varias alternativas. Ciudades como Valencia, Castellón, Burriana y Vinaroz pugnaban por conseguir que el embarcadero se instalara en sus puertos. Un estudio de todas las alternativas posibles llevó a la compañía a inclinarse por la opción de Sagunto, descartando trazados más complicados como el de la salida a Vinaroz pasando por Utrillas o el recorrido por la cuenca del Turia para salir a Valencia. Definitivamente, el trazado iba a discurrir muy paralelo y próximo en algunos tramos al del ferrocarril ya existente del "Central de Aragón" --seis cruces en puentes y túneles, uno de ellos en Sagunto--. Su perfil no presentaba grandes desniveles, exceptuando el del Puerto del Escandón. Para evitar grandes rampas empinadas, se construyeron túneles y viaductos, destacando entre estos últimos el de Albentosa, de 48 metros de altura.
La vía férrea, de un metro de ancho, y 204 kilómetros de longitud, soportaría un tráfico de más de un millón de toneladas al año.
El ferrocarril minero se terminó en 1907 con un coste de 38 millones de pesetas de las de entonces, desglosado en dos partidas: 28 millones en la construcción de 205 kilómetros de ferrocarril y 10 millones en la construcción del puerto marítimo y una factoría para el lavado del mineral en el Puerto de Sagunto.
En el mes de julio llegaba a Sagunto, procedente de Ojos Negros, el primer convoy minero formado por una máquina y 15 vagones de 20 toneladas cada uno.
Cuando comenzó la primera guerra mundial, los países implicados, orientaron sus demandas hacia los productos siderúrgicos. Esto provocó que Ramón de la Sota tomara la iniciativa de instalar una planta siderúrgica y fue en 1917 cuando se funda la Compañía Siderúrgica del Mediterráneo, con un capital de 100 millones de pesetas y con la participación de: Sota y Aznar, Euskalduna y Echevarría y Larriñaga.
Para comunicar las dos vertientes de la sierra, facilitando la salida del mineral desde el lado de Castilla en Setiles (Guadalajara) a la estación de la línea general en Ojos Negros, se inicia en 1925 la construcción de un túnel, que recibe el nombre de Montiel, de 1.802 metros de longitud.
En 1932 se paró la explotación de las minas que ya no se reanudaría hasta después de la Guerra Civil, en 1941.
En 1941 se reconstruye el ferrocarril y se reinicia la actividad en las minas. En 1965 se inició la modernización del material móvil del ferrocarril con la importación de cinco locomotoras diesel Henchel para suprimir la tracción de vapor, aumentando así su rendimiento con coste un 50% inferior al de RENFE.
En 1969 se inicia la instalación de carga automática sobre vagón, la producción de las minas aumentó considerablemente.
Declive y desaparición del ferrocarril.
Así como en los primeros años era el medio ideal de transporte del mineral, debido a un cuidado estudio de costes y rendimientos y a su capacidad, con la llegada de los años 60 fueron incrementándose los costes de explotación y la incidencia de éstos en el precio del mineral de hierro servido a los clientes; los precios de venta no crecían. Así pues, pronto hizo pensar a sus responsables en incrementar las ventas y ello a costa de aumentar la capacidad del transporte, ya que el ferrocarril propio no daba para más y lo hacía a costes relativamente elevados. Como por carretera era impensable, se pensó en RENFE como salida válida debido a las tarifas mucho más bajas que la que podía ofertar la carretera.
De esta manera, en 1972 se terminaron las obras de construcción del ramal de vía ancha que enlazaba las instalaciones de carga de Montiel (Ojos Negros) con la vía RENFE a la altura de la población de Santa Eulalia, a la vez que cesaba la explotación del ferrocarril minero. RENFE tenía medios propios suficientes y aceptó gustosamente el encargo.
Ello permitió cuadruplicar la capacidad de transporte y, como continuaba la demanda en esos primeros años setenta, la "Compañía Minera de Sierra Menera" conoció un período de auge en sus beneficios de explotación. Desde entonces, y hasta 1985, se siguieron acometiendo sustanciales mejoras en la infraestructura, sobre todo destinadas a la renovación de una buena parte del material móvil.
Crisis y cierre.
La crisis mundial del sector siderúrgico, que había aparecido en 1974, fue comenzando a empujar a la Siderúrgica Mediterránea, y por tanto a la Compañía Minera de Sierra Menera, hacia su extinción.Lamentablemente, enseguida vino la recesión del consumo y la consiguiente baja en las ventas, así como la anulación de la subvención Estado-RENFE dirigida al transporte ferroviario de determinados productos minerales.
Todas estas y otras causas ajenas al transporte de mineral por ferrocarril habían de ser las que, a pesar de las medidas tomadas por la Compañía, provocaran la finalización total de actividades extractoras y de transporte.
El 29 de septiembre de 1987 se disolvió definitivamente la sociedad, textualmente se dice: "Esta es, tristemente, la situación de esta Empresa, que después de 86 años de actividad prácticamente ininterrumpida, y con reservas importantes de mineral, ha de cerrar sus puertas y dejar sin empleo a doscientos trabajadores, al no haber recibido de los poderes públicos el apoyo necesario para su supervivencia".
La crisis del medio rural unida al cierre de la explotación minera en 1987 trajo consigo un drástico descenso de población. Ojos Negros, el núcleo más importante de la zona minera pasó, de los 3.000 habitantes de la década de los 60, a los 600 de la actualidad.
Algo similar debió suceder con El Puerto de Sagunto, pues el ferrocarril Ojos Negros-Sagunto fue el leitmotiv de la asistencia de la actual población, con su playa, sus instalaciones portuarias, industriales, comerciales, sanitarias y la enseñanza --la primera escuela, en 1907. Este ferrocarril fue la mejor inversión de capital privado realizado en España y el de mayor rendimiento en las redes ferroviarias de España y resto de Europa.
Atrás quedaban 87 años de actividad durante los cuales se extrajeron un total de 45 millones de toneladas de mineral. Son 87 años de la historia de una empresa y de una comunidad que desarrolló su trabajo entre Teruel y Guadalajara y la cuenca mediterránea.
El trazado de esta antigua linea férrea, ya sin vias forma parte de la multitud de vias verdes que inundan el paisaje peninsular, por lo que se recomienda su visita. Ver información adicional en la ficha de turismo correspondiente.
Información facilitada por Diego Arribas y Miguel Ángel Paricio.
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Buenas fotos.
ResponderEliminarLa foto que al pie pone "Puerto Escandón" me parece que no lo es, sino que es el viaducto de Albentosa, unos kilómetros más abajo.
Un saludo.