Dibujante de vocación, profesión y músico, así fué Castor Gonzalez Álvarez, autor de estas ilustraciones amablemente facilitadas por su hijo Castor Gonzalez Ovies. En un articulo publicado en el diario El Comercio de Aviles , de él se decía
La pintura fue la segunda de las grandes pasiones del avilesino. «Con un pincel en la mano era feliz. Hacía paisajes, plumillas de Avilés, caricaturas, abstracto... De todo»,
Hay que recordar el carácter único del castillete y galerías, hoy Museo de la Mina de Arnao, una joya que, sorprendentemente, muchos avilesinos no conocen todavía; las escuelas y los modelos didácticos del patio, algo único; su propio archivo y la armoniosa y estructurada relación de tipología de viviendas del poblado que la rodea.
Sobre estos trabajos de Castor, se hacia una mención en el citado artículo publicado en El Comercio, donde su hijo decía:
....Además de las láminas ahora recuperadas, su obra se conserva en diferentes lugares como la Última Cena pintada en la sacristía de San Nicolás o dos murales en las dependencias de la Real Compañía Asturiana de Minas en Arnao. «Todo el mundo habla muy bien de Cástor, que era muy buena persona; pero aún no se ha tenido el reconocimiento que merece su obra como artista»,
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