Durante los siglos XIX y XX , se produjo un resurgimiento minero-industrial en Mazarrón, debido a la vuelta a la explotación de las antiguas minas romanas de los Cotos San Cristóbal y Los Perules, el Coto de las Pedreras Viejas y el Coto Fortuna, junto a otras instalaciones menores.
Fue necesaria la creación de una gran fundición que se ubicó junto al Puerto de Mazarrón para procesar el mineral extraído. La etapa de esplendor de la minería mazarronera en época moderna arranca de 1880, el relanzamiento se produjo a raíz de la inversión de firmas europeas como la francesa Compañía de Águilas que realizo grandes inversiones en Mazarrón en 1984 respaldada por la casa Rosthschild.
Característico del paisaje que se mantiene con los restos de la actividad minera es el colorido en tonos ocres, grises y distintas variedades del rojo que aportan al entorno un aspecto fantástico e irreal. La arqueología industrial ha jugado y ha de jugar un importante papel en el conocimiento material de estas industrias mineras y en la conservación de sus elementos más relevantes de cara al futuro, como testimonio de una época y una actividad fundamental para en la historia de Mazarrón y su municipio.
Estas minas ya estaban en funcionamiento en época romana, tiempo en el que se aprovecharon las características geológicas de Mazarrón, su fácil acceso por mar y su proximidad a Carthago Nova, como centro de distribución de las materias primas manufacturadas. La profusión de la actividad minera romana verifica un paso importante en la romanización de la zona al ser creado el Municipio Flavio Ficariense (Mazarrón) en el s.I d.C , en época Flavia, romanización llevada a cabo directamente por las compañías mineras. //SEGUIR LEYENDO EN MAZARRON.ES
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