Desde aquí varias veces nos hemos mostrado interesados por el tema y al margen de los méritos propios del gasómetro ovetense, solo nos cabe recordar que una ciudad con el calado monumental de Roma, eligió el esqueleto de su antiguo gasómetro, visible desde el Castillo de Adriano y otros prominentes lugares, como símbolo de su "Notte Bianca" de la cultura.
No será por falta de monumentos... pero una ciudad que alberga la mayor colección de arte del mundo y elige como museo de escultura romana una central eléctrica, bien cabe tomarla como ejemplo.
Gasometro de la Fabrica de Gas de Oviedo. Por "Jose Manuel"
L. S. N.
El pleno del Consejo de Patrimonio Histórico del Principado de Asturias decidirá este mes qué elementos deben protegerse de la Fábrica de Gas, un antiguo conjunto industrial ubicado entre las calles Paraíso y Postigo, propiedad de Hidroeléctrica del Cantábrico. Sobre la mesa de los miembros del Consejo de patrimonio estará la propuesta elaborada por el arquitecto gallego César Portela, que defiende la protección de los elementos más singulares del conjunto industrial, como el gasómetro, quizás el más controvertido.
El Consejo de Patrimonio y la Consejería de Cultura deben decidir cómo culmina el proceso de declaración de Bien de Interés Cultural del conjunto, un expediente cuya tramitación se inició hace unos diez años, y qué intervención considerarían aceptable para el enclave, considerado uno de los complejos de arquitectura industrial más importantes de Asturias, que cuenta con piezas diseñadas por importantes arquitectos e ingenieros asturianos, como Ildefonso Sánchez del Río, Francisco Casariego, Miguel García-Lomas Somoano y Joaquín Vaquero Palacios, entre otros.
César Portela apuesta por conservar y restaurar los principales edificios y vestigios industriales del conjunto: el gasómetro, que da su peculiar perfil a la entrada de la ciudad por la Ronda Sur y Postigo, y que se restauraría para albergar un equipamiento público (un museo del gas, propone el arquitecto); la chimenea, el depósito elevado, un conjunto de hornos y escaleras, «que constituyen un bloque de gran interés industrial y etnográfico», y la marquesina, «una pieza estructural muy singular, con una ligera losa nervada de hormigón armado», que se propone aprovechar con la edificación de un volumen que podría albergar un restaurante con salida a este elemento.
Cuando se hizo pública la propuesta diseñada por César Portela, el Ayuntamiento de Oviedo se mostró poco proclive a la conservación del gasómetro, y rechazó cualquier cesión que se pretenda hacer de este elemento para ubicar en él un equipamiento público.
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