Fotografías de Gonzalez-Alba (ver más aquí)
La falta de iniciativa política, financiación y entendimiento entre las tres administraciones retrasa la restauración del edificio fabril de San Bernardo, uno de los mejores ejemplos de patrimonio industrial de Sevilla
Desde que el Consejo de Ministros autorizara al Ministerio de Defensa, en marzo del año pasado, la enajenación de la Fábrica de Artillería de Sevilla, han pasado ya dieciséis meses sin que se tenga muy claro cuál será el futuro uso de un edificio que, por su amplia extensión (20.064 metros cuadrados) y su alto valor patrimonial (es Bien de Interés Cultural desde el 16 de noviembre de 2001), aparece como uno de los grandes retos de la política patrimonial en la próxima década.
Por ahora, hay muchos novios pero ninguna dote. Se ha hablado de instalar archivos históricos, de crear un centro cultural de vanguardia e, incluso, de trasladar allí las escuelas de Arquitectura y Aparejadores, pero todavía nadie ha puesto sobre la mesa ni un euro de los 70 millones que se estima costará la restauración de una de las joyas del patrimonio industrial español. En resumen, la falta de decisión política y de financiación tienen paralizado el proyecto sin fecha en el horizonte. [seguir leyendo]
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