Los hallazgos en la explotación prehistórica de cobre del Aramo incluyen los primeros vestigios conocidos de rebaños domésticos en la región, del tercer milenio antes de Cristo
José A. ORDÓÑEZ 15.9.2007
Los hombres prehistóricos que poblaban el entorno del Aramo en el tercer milenio antes de Cristo compatibilizaron el trabajo en las minas de cobre de Texéu con el pastoreo.
José A. ORDÓÑEZ 15.9.2007
Los hombres prehistóricos que poblaban el entorno del Aramo en el tercer milenio antes de Cristo compatibilizaron el trabajo en las minas de cobre de Texéu con el pastoreo.
Las investigaciones desarrolladas en el enclave por Miguel Ángel de Blas y su equipo han permitido localizar entre el material utilizado por quienes se encargaron de esta explotación entre los años 2.500 y 1.500 antes de Cristo varios huesos de cabra doméstica.
A partir de estos hallazgos, el propio De Blas sostiene que los antiguos mineros del Aramo también tenían y cuidaban rebaños de cabras, aspecto especialmente relevante por cuanto supone el primer dato concreto sobre la práctica de la ganadería doméstica en Asturias, algo que, según precisó ayer el catedrático de Prehistoria, en el transcurso de unas jornadas técnicas celebradas en el campus universitario de Mieres, no excluye que ya existiera con anterioridad a estas fechas.
Miguel Ángel de Blas relató el estado actual de las investigaciones en las minas de Texéu durante el Congreso internacional sobre patrimonio geológico y minero que hoy se clausura en Mieres. Según indicó, las ultimas dataciones realizadas en el enclave confirman que la explotación del cobre en el Aramo se llevó a cabo entre los años 2.500 y 1.500 antes de Cristo y que, en efecto, tal como se preveía, este enclave se encuentra entre los yacimientos de actividad paleominera más importantes del mundo. Además, el catedrático de Prehistoria por la Universidad de Oviedo también desveló que en el transcurso de la última campaña de investigaciones fue localizado un mensaje gráfico inscrito en una pared por los hombres que trabajaban en la explotación. Se trata de un grafito que no ha podido ser interpretado y que se encuentra en una zona de bóveda a la que se llega con grandes dificultades por lo angosto del terreno.
Otro de los datos novedosos y llamativos expuestos ayer en Mieres por De Blas confirma el uso de la madera de texu en la explotación minera del Aramo. Según explicó el experto, los mineros prehistóricos pudieron utilizarla tanto para construir teas con las que iluminar las zonas de labor como para realizar grandes quemas con las que romper las paredes y liberar el cobre.
Por lo que se refiere a los esqueletos localizados en el interior de las minas, De Blas asegura que se han encontrado en zonas en las que no había actividad extractiva. En este sentido, y frente a las tesis de un gran accidente minero prehistórico, todo apunta a que los cadáveres fueron depositados de manera premeditada, al igual que sucedió en la cueva del Milagro (Onís), en áreas de labor previamente abandonadas.
Las minas de cobre de Texéu están ubicadas en el extremo sureste de la sierra del Aramo, en el fondo de saco que culmina el valle de Riosa. En época reciente tuvieron como principal actividad la explotación de minerales cupríferos a partir de que en 1888 ingenieros vinculados a Fábrica de Mieres descubriesen varios filones de cobre pertenecientes a la Edad del Bronce. El Ayuntamiento de Riosa ha solicitado oficialmente la declaración de bien de interés cultural (BIC) tanto para las explotaciones mineras propiamente dichas como para las instalaciones auxiliares, localizadas en el poblado de Rioseco.
Las explotaciones fueron descubiertas gracias a los trabajos de los ingenieros Alejandro van Straalen y Alfons Dory. Recientemente, Miguel Ángel de Blas retomó esas primigenias investigaciones, obteniendo numerosos restos tanto humanos como de elementos relacionados con la metalurgia, entre ellos crisoles, afiladoras, espátulas, pilones, barrenas y diverso material lítico. Entre los hallazgos destaca un esqueleto humano completo de unos 4.000 años de antigüedad.
El Ayuntamiento de Riosa tiene en marcha un ambicioso proyecto para el desarrollo turístico de este enclave. Su núcleo principal estará en el poblado de Rioseco e incluirá, entre otros equipamientos, un aula de interpretación y un museo sobre la minería del cobre.
Miguel Ángel de Blas relató el estado actual de las investigaciones en las minas de Texéu durante el Congreso internacional sobre patrimonio geológico y minero que hoy se clausura en Mieres. Según indicó, las ultimas dataciones realizadas en el enclave confirman que la explotación del cobre en el Aramo se llevó a cabo entre los años 2.500 y 1.500 antes de Cristo y que, en efecto, tal como se preveía, este enclave se encuentra entre los yacimientos de actividad paleominera más importantes del mundo. Además, el catedrático de Prehistoria por la Universidad de Oviedo también desveló que en el transcurso de la última campaña de investigaciones fue localizado un mensaje gráfico inscrito en una pared por los hombres que trabajaban en la explotación. Se trata de un grafito que no ha podido ser interpretado y que se encuentra en una zona de bóveda a la que se llega con grandes dificultades por lo angosto del terreno.
Otro de los datos novedosos y llamativos expuestos ayer en Mieres por De Blas confirma el uso de la madera de texu en la explotación minera del Aramo. Según explicó el experto, los mineros prehistóricos pudieron utilizarla tanto para construir teas con las que iluminar las zonas de labor como para realizar grandes quemas con las que romper las paredes y liberar el cobre.
Por lo que se refiere a los esqueletos localizados en el interior de las minas, De Blas asegura que se han encontrado en zonas en las que no había actividad extractiva. En este sentido, y frente a las tesis de un gran accidente minero prehistórico, todo apunta a que los cadáveres fueron depositados de manera premeditada, al igual que sucedió en la cueva del Milagro (Onís), en áreas de labor previamente abandonadas.
Las minas de cobre de Texéu están ubicadas en el extremo sureste de la sierra del Aramo, en el fondo de saco que culmina el valle de Riosa. En época reciente tuvieron como principal actividad la explotación de minerales cupríferos a partir de que en 1888 ingenieros vinculados a Fábrica de Mieres descubriesen varios filones de cobre pertenecientes a la Edad del Bronce. El Ayuntamiento de Riosa ha solicitado oficialmente la declaración de bien de interés cultural (BIC) tanto para las explotaciones mineras propiamente dichas como para las instalaciones auxiliares, localizadas en el poblado de Rioseco.
Las explotaciones fueron descubiertas gracias a los trabajos de los ingenieros Alejandro van Straalen y Alfons Dory. Recientemente, Miguel Ángel de Blas retomó esas primigenias investigaciones, obteniendo numerosos restos tanto humanos como de elementos relacionados con la metalurgia, entre ellos crisoles, afiladoras, espátulas, pilones, barrenas y diverso material lítico. Entre los hallazgos destaca un esqueleto humano completo de unos 4.000 años de antigüedad.
El Ayuntamiento de Riosa tiene en marcha un ambicioso proyecto para el desarrollo turístico de este enclave. Su núcleo principal estará en el poblado de Rioseco e incluirá, entre otros equipamientos, un aula de interpretación y un museo sobre la minería del cobre.
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