martes, febrero 12, 2008

Estacion de Villabona



ACTUALIZADO 17.2.08

ECD La Comisión Organizadora del Encuentro de Vecinos de la parroquia de Villardeveyo ha solicitado al Ayuntamiento de Llanera y a la Consejería de Cultura y Turismo del Principado la protección de la estación de Villabona como edificio histórico y singular del concejo, según informó ayer una representación del colectivo vecinal, «por sus peculiaridades y valores patrimoniales».



Asimismo, la comisión de Villardeveyo pedirá al equipo de gobierno local que una calle de Villabona, concretamente la actual calle de Las Casas de Renfe, pase a llevar el nombre de Eduardo García González, conocido por todos como 'Eduardín' y fallecido recientemente, «por tratarse de una persona comprometida con el pueblo y un referente a nivel cultural y deportivo».



Los impulsores de ambas solicitudes consideran que la estación de ferrocarril de Villabona es merecedora de pertenecer al Inventario General de Bienes de Patrimonio Industrial de Asturias. Según uno de sus representantes, «es importante que nuestros hijos y nietos conozcan la historia del lugar al que pertenecen; de lo contrario, pueden pensar que siempre existió el Ave, y no es así».



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La edificación data de finales del siglo XIX, aunque responde a un modelo de mediados del mismo siglo diseñado por el arquitecto inglés Francis Thompson, artífice de buena parte de los rasgos que definieron a muchas estaciones que poblaron Europa en la época. Según el catedrático de Historia del Arte e historiador del ferrocarril, José María Flores Suárez, dicho prototipo «supone la reelaboración de la que es considerada la primera estación del mundo, la de Crownstreet, de la ciudad inglesa de Liverpool».



La estación, convertida en simple apeadero después del éxodo que redujo drásticamente la población de la zona, vivió varias décadas de esplendor, dada su posición estratégica dentro del triángulo ferroviario del norte de Asturias. Entonces, la explotación minera ubicada en la parroquia contaba con una plantilla que superaba los trescientos empleados.



El experto Flores Suárez fecha el final de la actividad de la estación en los últimos años ochenta. La cantina con la que contaba la edificación fue demolida en 2003 y dos aguadas, «evidencia de la extinta tracción vapor», se derribaron en 1995.



Hace ya varios años que Flores Suárez alerta sobre el olvido al que se ha ido sometiendo de manera sistemática al edificio.Los miembros de la comisión preparan actualmente el segundo número de su revista, para el que están realizando una campaña de recogida de textos y fotografías entre amigos y colaboradores.



Su intención es tenerla lista en un par de meses.Desde el dinámico colectivo vecinal también preparan en estos días una exposición en la que se mostrarán diversas imágenes del encuentro de confraternización celebrado el pasado noviembre, del que ofrecen un balance más que positivo.



La muestra, que se podrá visitar a partir de la próxima semana, estará ubicada en el centro social La Rotella, de Villabona.







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