y, entretanto, ¿que tienen que decir el Principado y el Ayuntamiento de Avilés?
«Cada día que pasa aumentan las probabilidades de que alguien ordene tirar a la basura el archivo de Ensidesa, cuyos contenidos no son vistos por los actuales responsables de Arcelor precisamente como un tesoro sino como un estorbo». De este modo llama la atención Javier Gancedo, ex responsable del servicio de documentación de la multinacional del acero, sobre el incierto futuro de un legado documental que retrata medio siglo de historia siderúrgica. Probablemente, uno de los archivos de empresa más valioso de los que se conservan en España. Así sea porque explica un fenómeno irrepetible: la puesta en marcha de una industria que transformó a una región entera y movilizó a miles de personas en toda España.
La alarma de Gancedo, al que secundan más personas interesadas por el patrimonio industrial y la conservación de la huella siderúrgica, tiene que ver con el hecho de que ha transcurrido más de un año desde que la Consejería de Cultura anunció su intención de trasladar el material al Archivo Histórico de Asturias, instalación de reciente apertura en la vieja Cárcel de Oviedo, y apenas se ha depositado en lugar seguro el 5 por ciento del contenido del archivo.
Esta situación intranquiliza a quienes vivieron en el pasado experiencias tan inexplicables como la quema en el foso de la escoria de la factoría de Gijón parte de los archivos de Uninsa, o recibido órdenes taxativas -ignoradas las más de las veces- para deshacerse de «esas montañas de papel que no valen para nada», en alusión a libros de actas, fichas de producción o cualquier otro documento relativo a la actividad de la fábrica. //SEGUIR LEYENDO
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