sábado, septiembre 30, 2006

Teruel: El Regreso del Comendador



Esta fiesta muy reciente, pues solo se celebra desde hace pocos años, y escenifica el retorno anual del comendador de la orden de San Juan de Jerusalen al pueblo de Mas de las Matas, en Teruel, Bajo Aragón.


Surge como iniciativa del Grupo de Estudios Masinos al que pertenece Javier Diaz Soro, uno de sus principales impulsores y autor de "Alarifes" (dentro de Cuadernos de Cazarabet) , quizás la más completa recopilacion de noticias relativas a recuperación y conservación de patrimonio industrial de cuantas se realizan en nuestro país. De ahí la conexión con este Monsacro.net



Como fiesta en la que participa todo el pueblo podemos decir que resulta modélica. Se ve una participación total, se abren las casas, se venden productos hechos por los propios vecinos, todo ello dentro de un inmejorable ambiente.



La escenificación del regreso se ve acompañada por fuegos articifiales, dimonis, una enorme cena para los vecinos en las instalaciones del polideportivo, talleres de artesanos, caligrafía, etc... así como la presencia de jinetes caballos y combates de esgrima a cargo de miembros de la Sociedad Española de Esgrima Antigua.



Felicitamos a Mas de las Matas por esta magnifica iniciativa que esperamos "Vaya a Más" y desde aquí agradecemos a Javier su amable invitación para conocer estas fiestas.



VIDEOS tomados entre el 23 y 24 de Septiembre, durante la celebración de "El regreso del comendador" en la localidad de Mas de las Matas, Bajo Aragón, Teruel.




Más información:


Aragon: Caligrafos de Binefar







Presentamos: Scriptorium

Aunque en esta página nos dedicamos específicamente al patrimonio minero e industrial, queremos hacer una mención a la técnica de la caligrafía, al arte de escribir. Aunque no estamos ante un patrimonio tangible, salvo en sus resultados, debemos procurar la conservación de estas técnicas llamemoslas "pre-industriales" pues forman parte de nuestra cultura y tradición y además... sin ellas no habriamos tenido industria ¿cabe imaginarse un "libro mayor" escrito con "mala letra" ? Cuando además, esta disciplina se muestra con el cuidado y cariño con que la enseña Ricardo Placed, el tema cobra un interés adicional

Ver video donde Ricardo explica como realizar unos trazos


Ricardo Vicente Placed es licenciado en filología árabe e islam. Diplomado en Caligrafía árabe por la Universidad Al-Azhar (Egipto), país donde ha residido 5 años como profesor trabajando en el Instituto Cervantes y en las Universidades egipcias de Ain Shams y Al-Azhar. Ha seguido cursos de caligrafía latina en Francia, así como estudios en la escuela de perfeccionamiento de
caligrafía árabe de El Cairo. Ha sido becado por diversas instituciones.



Ver video



Como ejemplo, el repertorio que muestra consiste entre otras propuestas en Scritorium mudéjar, schola de la tres culturas-escuela de aprendices escribanos (fiestas medievales).
En los talleres que organiza, como el que pudimos ver durante la fiesta de "El Regreso del Comendador" en Mas de las Matas, Bajo Aragón, Teruel, suministra todo el material: papel, cartulinas, papiro,pergamino, plumillas, cálamos, tinteros, pinturas, etc.



Ver video

Las sesiones de caligrafía que organiza, pueden tener por marco: centros de enseñanza, semanas culturales, ferias...

Los trabajos y actividades a los que se extiende, son mucho mas numerosos y sería preciso que fuese él mismo quien nos los contase. Traemos aqui un comentario extraida de una información con la que presenta sus talleres:


"La caligrafía puede ser aprendida por cualquiera que sepa escribir con un boli. Un mundo entero puede surgir desde un sencillo acercamiento a nuestro alfabeto. Unos pocos minutos de práctica se transforman en una atrayente pasión que nos empujará por la ruta de la historia de la escritura, convirtiendo el oficio del pasado en un arte para el futuro. Proponemos nueve talleres opcionales: caligrafía carolingia/ visigótica/ gótica/ itálica (la letra en tiempos de Cervantes) /árabe/ hebrea... "







Para más información dirigirse a:


SCRIPTORIUM
Industria, 24, 1º B
Ricardo Vicente Placed
974 428 776

676 397 618
974 428 776
rplaced@hotmail.com

Binéfar (Huesca) 22500


Más información:







jueves, septiembre 28, 2006

Webs: Fundación Lenbur

Este agradable y bien construido Web se centra en la actividad del hierro y en la vida social que rodea cualquier fenomeno industrial, aspecto este que resulta de dificil comprensión en otros sitios cuando de la defensa del patrimonio industrial se trata.

Como ellos mismos indican al describir sus proyectos:

La importancia y la calidad de la actividad industrial en la Comarca Urola-Garaia y su entorno es un hecho del que no cabe ninguna duda.

Como resultado de los procesos industriales, económicos y sociales acaecidos en la Comarca Urola-Garaia, se dispone de un rico legado cultural formado por un variado conjunto de restos físicos. Estos nos permiten visualizar de una forma continuada y sin lapsus tecnológicos el proceso de elaboración del hierro, ligado con un colectivo y un medio natural, desde el siglo X hasta el XXI, en un único espacio como es el territorio de la Comarca Urola-Garaia.

Esto ha supuesto que nuestra Comarca sea un magnífico ejemplo del mantenimiento, desde hace más de mil años, de una actividad humana concreta: la manipulación del hierro.




LENBUR Fundazioa está trabajando en la investigación, conservación, recuperación, recreación y difusión de este Patrimonio Industrial, Natural y Cultural. Para ello ha desarrollado una serie de proyectos, alguno de ellos ya en funcionamiento, cuya puesta en práctica pretende la consecución de su principal objetivo: crear el único Centro de Interpretación del Hierro a nivel español.


Desde aqui les animamos a continuar y seguir impulsando ese fascinante proyecto, que bien puede servir de referencia para otras actividades a desarrollar en Asturias.


www.lenbur.com

miércoles, septiembre 27, 2006

Semblantes: Hilla y Bernd Becher, Premio Hasselblad de Suecia

Artistas que documentan la herencia industrial de la humanidad.

Una de las distinciones más renombradas del mundo de la fotografía, el Premio Hasselblad de Suecia, se otorgó en 2004 a Hilla y Bernd Becher, artistas que documentan la herencia industrial de la humanidad.

Con sus célebres imágenes de instalaciones industriales, los alemanes Bernd e Hilla Becher ganaron reconocimiento internacional no sólo como fotógrafos sino también como artistas conceptuales.


Por primera vez, el premio de la Fundación Hasselblad de Suecia, que lleva el nombre del productor de cámaras sueco del mismo nombre, fue otorgado a una pareja dedicada a la fotografía.

Arqueología industrial

El matrimonio de artistas nacidos en los años treinta tiene una trayectoria de más de cuatro décadas dedicadas a fotografiar edificios urbanos y arqueología industrial.






Sus imágenes solemnes muestran depósitos de agua, torres de extracción minera y silos de carbón, convertidos en esculturas, objetos que aparecen solos en el encuadre con el fondo de un cielo uniforme. Al lado del objeto fotografiado no hay nadie ni nada que separe la obra retratada de la mirada del espectador.

También omiten referencias que den cuenta sobre el tamaño real del objeto. Su obra es abordada temáticamente y en forma seriada, de manera que el observador se encuentra ante un conjunto de variaciones sobre un mismo tema.

Varios expertos analizan en el seminario universitario la difusión turística del patrimonio industrial


Tate Modern. Londres


Térmica de Ensidesa

Fuente LNE. Amaya P. GIJÓN


Asturias cuenta con un importante patrimonio industrial y muchos expertos se quejan de que en numerosos casos se relega al olvido, a la erosión del paso del tiempo y a la destrucción definitiva.

Historiadores y conservacionistas alzaron sus voces recientemente para salir en defensa de la térmica de Ensidesa ante el anuncio de su derribo y algunos se aventuran en aportar ideas para convertir edificios emblemáticos de la comarca y de su legado industrial en desuso en puntos de atención turística basándose en ejemplos de otras ciudades españolas y europeas.

En ejemplos de este tipo basó el profesor titular de Derecho Administrativo de la Universidad de Oviedo, José Manuel Pérez Fernández, la ponencia que ofreció en la mañana de ayer a los alumnos del curso universitario «Sistemas de difusión del patrimonio industrial: difusión turística, ciudadana y educativa». Éstos fueron algunos de los ejemplos de uso turístico del patrimonio industrial de los que habló Pérez Fernández.

Museo de Arte Moderno de Londres: El profesor afirmó que el Tate Modern de Londres es un claro ejemplo de recuperación de patrimonio industrial como museo. «Los arquitectos suizos Herzog y De Meuron fueron los encargados de rehabilitar la que fue una central térmica y la convirtieron en un museo de arte contemporáneo», expuso. De hecho el Tate es la tercera atracción turística más visitada de la ciudad del Támesis, sólo por detrás de la Torre de Londres y del Museo Británico. Un claro ejemplo de equipamiento industrial convertido en museo.

Fábrica y villa de Crespi d'Adda (Italia): Fue realizada entre finales del siglo XIX y principios del XX por una familia de industriales algodoneros y se encuentra situada entre las ciudades italianas de Bérgamo y Milán. «Querían crear una ciudad de trabajo ideal en torno a la visión paternalista del patrón.



Cada trabajador y su familia tenían una casa con huerto y jardín y disponían de todos los servicios que demanda la vida en comunidad: escuela, hospital, centro social, teatro, baños públicos...», explicó. El profesor afirmó que no se trata de un museo, sino de un pueblo que se mantiene vivo y que se ha convertido en un foco turístico.


El caso de esta villa italiana derivó durante la charla en casos similares que existen en Asturias, como el poblado minero de Bustiello (Mieres), que atendió a la sociedad hullera hasta la creación de Hunosa.



O el avilesino poblado de Llaranes, edificado a la sombra de la «Fabricona», que suministraba la energía a la pequeña ciudad siderúrgica. «Hoy día es un barrio más de Avilés, pero digno de explicar», apuntó Pérez Fernández.


Los gasómetros de Viena:
En la capital austriaca existen cuatro torres de ladrillo cilíndricas que se remontan a finales del siglo XIX, cuando en el área de Simmering se construyó una fábrica de gas para hacer frente a la demanda de los barrios periféricos y de la que formaban parte cuatro gasómetros.


Un siglo después comenzó su reforma, que culminó en 2001. «Esos gasómetros se han convertido en viviendas comunicadas por una especie de centro comercial y cubiertos por cúpulas luminosas. Se ha construido una auténtica ciudad en cuatro gasómetros con tiendas, supermercados, lavanderías, floristerías, sala de conciertos y espectáculos, residencia de estudiantes, oficinas, bancos...», explicó el profesor, que acompañó toda su exposición con imágenes de los espacios de los que habló.


No faltó la alusión a los gasómetros de la gran siderúrgica avilesina: «Los gasómetros de Ensidesa son diferentes, pero igual habría que pensar qué hacer en ellos en lugar de derribarlos», apuntilló el profesor, que finalizó su exposición con un consejo a los alumnos: «Tenéis que pensar que hay que conservar el patrimonio, pero siempre con un fin».












Más información:

«Las políticas deben estar orientadas a convertir los recursos en productos»

Miguel Álvarez Areces, Ecónomista y director de la revista «ÁBACO»
Fuente LNE . Amaya P. GIÓN


Miguel Ángel Álvarez Areces es economista y director de la revista «Ábaco». Participa activamente en asociaciones de arqueología y patrimonio industrial como INCUNA (Industria, Cultura y Naturaleza) y TICCIH España (Comité Internacional para la Salvaguarda del Patrimonio Industrial).

Ofreció ayer una conferencia enmarcada en el curso de extensión universitaria que acoge bajo el título «Patrimonio industrial y recursos turísticos».

-¿Qué pretende transmitir a los alumnos?

-Plantear el patrimonio industrial como un nuevo bien cultural. Hablaré sobre los espacios industriales procedentes de la segunda revolución industrial, que en estos momentos están sujetos en algunos lugares a procesos de museización e intervención arquitectónica y de recuperación de la historia técnica para convertirlos en recursos sociales y turísticos. El patrimonio es un testimonio de vida cotidiana, es parte de la memoria colectiva, de la historia del trabajo, del lugar y la asunción por parte de ciudades y de territorios de estos componentes simbólicos ocasionan una ventaja comparativa. Analizaremos también estas tendencias del turismo industrial como parte del turismo cultural y que proviene ya del siglo XIX.

-¿Cuál es el panorama avilesino al respecto?

-En Avilés, y en Asturias en general, tenemos muchos recursos. El camino, la tendencia, la necesidad y la orientación de nuestras políticas deben ir encaminados a convertir esos recursos en productos por medio de políticas adecuadas integrales y acompañadas de la creación de servicios añadidos, como pueden ser la restauración, los hoteles o los viajes organizados. Consiste en motivar el interés para que el viajero no sólo visite un museo, sino también el resto de equipamientos de una ciudad y su entorno. Así podrá proyectar en el exterior lo favorable que tenemos, tanto en Avilés como en el resto de Asturias.

-El anuncio de derribo de la central térmica de Ensidesa alzó muchas voces que solicitan su conservación dotándola de nuevos usos, ¿cuál es su opinión sobre su reutilización?

-Siempre mantuve la opinión de que la central térmica es un elemento patrimonial importante muy ligado a la historia reciente de Avilés. Pero esta ciudad tiene otros recursos patrimoniales de tipo histórico-cultural e industrial. El hecho más notable de los últimos tiempos fue la desaparición de los altos hornos. Era el elemento fundamental para interpretar y dar a conocer lo que había sido parte de la historia industrial de la segunda mitad del siglo XX. No quedan altos hornos en España de sus características, sólo parte en Sagunto y el País Vasco.

-¿Cómo conservarla?

-Habría que esforzarse por dotarla de un nuevo uso relacionado y encarrilado a otros muchos equipamientos interesantes que se van a realizar en Avilés. Pero lo verdaderamente interesante en el patrimonio industrial es interpretarlo, dar a conocer su actividad fundamental, que en este caso fue la producción de arrabio y de acero. En políticas de patrimonio industrial, lo interesante es la visión integral y global, en la que cada parte del patrimonio ocupa un lugar y tiene un motivo de explicación.

-¿Va Asturias por buen camino en la utilización del patrimonio industrial como recurso turístico?

-Asturias es, junto con Cataluña, la autonomía que más atención presta al patrimonio industrial. En el Principado la ley de patrimonio cultural designa el patrimonio industrial como nuevo bien cultural equiparable al patrimonio etnográfico, documental, etcétera. Además, tenemos ya cuatro museos y otros dos están en proyecto. Asturias cuenta con una abundancia de elementos de valorización que junto al patrimonio natural y al cultural clásico configuran una región con el 33 por ciento de superficie protegida. Otra cosa es que el patrimonio industrial en España es muy vulnerable, poco comprendido, y necesita ser explicado

lunes, septiembre 25, 2006

El Estado ingresará 1,65 millones por la chatarra de los últimos restos de Ensidesa


Se ultima la destrucción de la 2ª Revolución Industrial en Avilés. Un paso que no tiene vuelve atrás. Avilés se arrepintio por el desmontaje de los Altos Hornos. ¿Como es posible que ahora se repita la historia?



Fuente: LNE

La segunda fase del desmantelamiento de las instalaciones siderúrgicas de la vieja cabecera de Ensidesa está a punto de ejecutarse. El próximo mes comenzarán los desmontajes de los últimos vestigios arquitectónicos de la Fabricona que aún quedan en pie. El taller del antiguo departamento de fluidos, la nave de compresores, dos depósitos elevados, el gasómetro número 3 y varios kilómetros de tuberías aéreas sin uso serán en unos tres meses pasto de la piqueta.

Y la que es considerada una de las joyas del patrimonio industrial asturiano, la vieja térmica de Ensidesa, tampoco de librará de este proceso. El parque empresarial se enfrenta a un proceso de cambio y ampliación, muy a pesar de quienes opinan que esto supone un atentado a la historia industrial reciente de la comarca.

Las demoliciones comenzarán en octubre y se dividen en cinco paquetes de obra. Infoinvest, la gestora de los suelos de Ensidesa, pagará a las adjudicatarias de los derribos más de cinco millones de euros (5.121.932) y percibirá de ellas 1.648.000 por la chatarra generada. El plazo de ejecución es de tres meses, por lo que a finales de año habrán desaparecido del polígono de la ría prácticamente todos los restos de la gran siderúrgica avilesina. La térmica supone la excepción, por lo complejo de su derribo. El proyecto técnico de demolición se encuentra aún en fase de redacción, por lo que las obras no comenzarán hasta el mes de noviembre; el plazo de ejecución será de un año. A finales de 2007 sólo los gasómetros número 1 y 2 y el complejo de baterías de coque, a los que Arcelor aún saca rendimiento productivo, quedarán en pie en la margen derecha de la ría como recuerdos de Ensidesa.
A continuación se detallan los elementos a demoler y qué técnicas se emplearán en cada operación.
lDos chimeneas y dos depósitos elevados. La demolición será por voladura controlada y ha sido contratada a la unión temporal de empresas (UTE) Ortiz Construcciones y Consulnima por 328.872 euros. Infoinvest ingresará 6.000 euros por chatarra.
l Edificios de compresores y fluidos, más pequeñas naves. Para el desmantelamiento de estas estructuras, la UTE Voladuras y Demoliciones y Coarsa -que percibirá 327.000 euros- se utilizarán sistemas tradicionales, como palas y martillos mecánicos. La UTE pagará a Infoinvest 7.000 euros por los restos de estos edificios.
l Gasómetro y tuberías asociadas. La UTE Ortiz Construcciones y Consulnima, que cobrará 565.100 euros, será la encargada de eliminar uno de los gasómetros que perfila el paisaje industrial avilesino. La chatarra producida está valorada en 90.000 euros. Para el desmontaje del gasómetro se utilizará un sistema complejo, inverso al de su construcción. Se comenzará retirando las piezas superiores, y así hasta llegar a la base. Los gasómetros, estructuras cilíndricas de 80 metros de alto y 45 de diámetro, almacenan gas procedente de otras instalaciones y lo distribuyen a aquéllas que lo utilizan como energía.
l Varios «racks» de tuberías. Son tuberías aéreas en desuso dentro del polígono de la ría que se eliminarán por medio del corte y desmontaje. Posteriormente, se descontaminará el suelo por donde discurren. La obra ha sido adjudicada a la UTE Ortiz Construcciones y Consulnima por 331.690 euros y ésta tendrá que pagar a Infoinvest 215.000 euros en concepto de venta de chatarra.
l La térmica. La demolición más polémica, la de la vieja térmica, será la más complicada y supondrá a Infoinvest el pago de más de 3,5 millones de euros (3.569.270 euros, más IVA). El proyecto de demolición se encuentra actualmente en fase de redacción e Infoinvest prevé que las obras comenzarán en noviembre. La adjudicataria, Demoliciones Lezama, utilizará técnicas mixtas, es decir, se combinarán el desmontaje por métodos tradicionales y la demolición por voladura, y la empresa pagará a la gestora del suelo 1.330.000 euros por la chatarra que recuperará. Una vez concluido este proceso, se realizará al análisis del suelo para comprobar si es necesario proceder con los trabajos de descontaminación. La central térmica se proyectó entre 1952 y 1954 para suministrar energía a los distintos departamentos y talleres de Ensidesa y generaba la mayor parte de la energía necesaria para el proceso productivo.
Historiadores y conservacionistas alzaron sus voces recientemente para salir en defensa de la térmica de Ensidesa, ante el anuncio de su derribo. Hubo algunos que incluso se aventuraron a aportar ideas para dar nuevos usos a edificios emblemáticos de la comarca y de su legado industrial, poniendo como ejemplo casos similares en otras ciudades europeas. Pero ni las peticiones de moratoria para los restos de Ensidesa ni los posibles proyectos para conservarlos tienen respuesta institucional afirmativa.
Historiadores como Alberto del Río o Juan Carlos de la Madrid, o arquitectos como José Ramón Fernández Molina denuncian el olvido en el que se encuentra sumido el patrimonio industrial. La asociación internacional Docomomo (Documentación y Conservación del Movimiento Moderno), a la que pertenece Fernández Molina, tiene en su registro diez edificios avilesinos: dos naves de electrolisis de Alcoa, el edificio de Cristalería Española, la acería Martín Siemens, la central térmica, el parque de Bomberos, los talleres de laminación, la depuradora, los hornos de fosa, el depósito de locomotoras y baterías de coque. «Existen muchos intereses. El achatarramiento da muchos beneficios y parece que sigue interesando», afirma el arquitecto. El período más decisivo de la historia industrial de la ciudad, dicen, está a punto de ser enterrado.

La Jornadas sobre Patrimonio Industrial se centrarán esta edición en el agua

Las VII Jornadas Internacionales sobre Patrimonio Industrial, que se celebrarán en Gijón entre los días 27 y 30 de septiembre, serán presentadas esta mañana en el Colegio Oficial de Arquitectos de Gijón.

El tema central de esta edición será el agua, como primera y mayor transformación de energía del planeta. Bajo el título «Arquitectura, Ingenierías y Culturas del Agua» se celebrarán ponencias, tanto nacionales como internacionales, relacionadas con el estudio, análisis e interpretación del patrimonio hidráulico e industrial, en sus vertientes arquitectónicas y de obras públicas.

Las Jornadas Internacionales de Patrimonio Industrial están organizadas por la Asociación Arqueológica Industrial «Máximo Fuertes Acevedo» (Incuna), en colaboración con el Comité Internacional para la Salvaguardia del Patrimonio Industrial. En esta edición, las jornadas completarán las ponencias con una visita a la Central Hidroeléctrica de Grandas de Salime y se visitarán elementos patrimoniales y arqueológicos como el cabo de Chao.

viernes, septiembre 22, 2006

Historia de Duro Felguera: Proyecto para la creación del Archivo Historico de la compañia

Federico A. de la Ballina

La historia de Duro Felguera está directamente relacionada con la evolución industrial de Asturias desde la segunda mitad del siglo XIX hasta nuestros días, dado el protagonismo que la empresa tuvo en el desarrollo de los dos principales sectores productivos del Principado: la siderurgia y la minería, aún hoy con una sustancial relevancia en el entramado socio económico de la región.

Además, la compañía operó en otras actividades arraigadas en esta comunidad autónoma, como la construcción naval o la producción de energía, y tiene a sus espaldas más de un siglo de trayectoria bursátil, siendo en la actualidad la única sociedad asturiana que cotiza en la Bolsa de Madrid.

Por todo ello, la recuperación del patrimonio documental histórico de Duro Felguera, una labor que se comenzó a acometer a finales de 2004, constituye, sin duda, una valiosa aportación para recuperar el pasado industrial de Asturias que nos permite entender, en gran medida, la particular idiosincrasia de esta región cantábrica.

Las circunstancias que rodearon el devenir de las actividades extractivas y siderometalúrgicas, desde su etapa de esplendor en manos del capital privado, a caballo entre las dos pasadas centurias, y su posterior proceso de traspaso a manos del Estado, marcan la trayectoria de Duro Felguera hasta más allá de la mitad del siglo pasado y condicionan, a la postre, el paradero de una gran parte de los fondos documentales de la sociedad, aquellos que deberían integrar su archivo histórico.

La explicación anterior es procedente si tenemos en cuenta que desde la constitución de la sociedad, en el año 1858 y con la denominación de Duro y Cia., está se dedicó principalmente a la producción siderúrgica y a la extracción de carbón, aprovechando las excelentes condiciones que ofrecía la zona central de Asturias, gracias a la existencia de conexiones por ferrocarril y carretera entre la cuenca central asturiana y el puerto de Gijón.

Dicha especialización, que llevó a la empresa liderar la producción siderúrgica nacional al término del XIX, se prolongó hasta 1967, cuando la compañía se desprende de sus negocios mineros, que pasan a integrarse en HUNOSA, después de que un año antes sus activos siderúrgicos fueran absorbidos por UNINSA, más tarde convertida en el grupo público ENSIDESA.

Estos hechos provocaron también la correspondiente dispersión de los documentos relacionados con la actividad inicial de la empresa, lo que condiciona en la actualidad el trabajo de recuperación de esos fondos que se pretende acometer.

Pero volvamos al principio, para detenernos en los orígenes y desarrollo de una de las empresas industriales más veteranas del Principado. En 1857, el riojano Pedro Duro Benito (1810-1886), después de buscar sin éxito en varias partes de España una localización industrial adecuada, pone en marcha en la Felguera (Asturias) la Sociedad Metalúrgica de Langreo, germen de la actual Duro Felguera. En ese momento, la Constancia de Málaga, Bolueta de Vizcaya y la Fábrica de Mieres -esta última de propiedad francesa- eran los principales productores de hierro del país. Funcionaban además en la región el horno de Arnao, perteneciente a la Real Compañía Asturiana de Minas, fundada por los hermanos belgas Lesoinne, y la Fábrica de Armas de Trubia, que estaba dotada de grandes avances tecnológicos para la época, como corresponde a las exigencias de calidad del acero para usos militares.

La mejora de las comunicaciones en la región va a suponer un elemento clave para impulsar el desarrollo de la minería del carbón y favorecer así la llegada masiva de capitales europeos.


Inicialmente el carbón se transportaba por el río Nalón, en chalanas, hasta el puerto de San Esteban de Pravia. En 1842 finalizaba la obra de la llamada carretera carbonera, que unía las localidades de Langreo y Gijón, para dar salida al carbón por el puerto de El Musel. Se trata de la primera carretera de peaje construida en España, obra de Alejandro Aguado, Marqués de las Marismas, banquero y empresario que poseía numerosas minas en la zona. Tras su prematura muerte en ese mismo año, Fernando Muñoz, Duque de Riansares y esposo de la reina madre, adquiere las minas de Aguado, impulsando la construcción del ferrocarril de Langreo, obra que concluyó en el año 1854.

El éxito de Duro se debe a una adecuada combinación de factores que le permitirán convertirse en el primer establecimiento metalúrgico de España, liderando el mercado nacional. Al tiempo, esto también consolidará la industria hullera asturiana, al asegurar una demanda relativamente estable. En ese momento, para producir una tonelada de hierro los hornos necesitaban 3,5 toneladas de mineral de hierro y casi 10 de carbón. La localización elegida supone un importante ahorro de costes de producción y transporte por la cercanía de minas de carbón.

Además, la mejora de las comunicaciones entre Langreo y Gijón por ferrocarril facilitará tanto la salida de los productos acabados como el transporte de mineral de hierro, ya que la falta de yacimientos obligaba a traerlo del exterior.

La empresa cuenta con una gran solvencia financiera garantizada por sus accionistas: el armador vasco Federico Victoria de Lecea, el banquero Vicente Bayo y los hermanos Julián y Pedro Duro, que habían vendido sus acciones del Canal de Isabel II y de la Sociedad Española Comercial e Industrial para entrar en el negocio. Tampoco falta el apoyo regional y político de sus socios comanditarios asturianos (los marqueses de Pidal y de Camposagrado y el político Alejandro Mon), decisivos para agilizar los trámites administrativos y la adquisición de las parcelas donde instalará la fábrica en Langreo.



El 6 de Enero de 1860 se obtiene la primera colada, alcanzando pronto una producción anual de 9.000 toneladas, con una calidad aceptable, pero con unos costes de transporte elevados que reducen su competitividad. Duro dirige su producción por mar desde Gijón hacia Barcelona y Madrid (vía Alicante o Bilbao) y hacia Valladolid (en carros de mulas hasta León, y luego en ferrocarril). Además de los elevados portes, los bajos niveles de producción impiden conseguir economías de escala. Al estar por entonces permitida la importación de hierros extranjeros, se descartó la producción de raíles y piezas de mucho peso, centrándose en los llamados “hierros de ferretería”, fundamentalmente lingotes y molderías con destino a la función y producción de aperos de labranza. Se trata de un mercado de reducidas dimensiones y muy variado en sus demandas que requiere gran diversidad de tamaños y clases de hierro, lo que exige cambios constantes en los cilindros y en los trenes de laminado y mucha mano de obra, encareciendo notablemente el coste de producción.

Para estabilizar precios en el mercado nacional, Duro llega a acuerdos con Fábrica de Mieres y El Remedio de Barcelona. La empresa se moderniza y crece, ganando pedidos gracias a sus nuevas instalaciones y pese a que la protección arancelaria no llegaría hasta 1891. En 1875 Duro produce un tercio del hierro nacional y es la principal siderurgia del país. Entre 1881 y 1885 se pone fin a esa posición de liderazgo. En 1880 las fábricas de Duro trabajan a su máxima capacidad de producción y se acomete una ambiciosa ampliación de las instalaciones. En ese momento, el exceso de producción europeo y el cambio tecnológico al acero reducen sustancialmente el precio del hierro.

La abundancia de mineral de hierro en Vizcaya y la difusión de nuevas técnicas de producción de acero desplazan el centro industrial del país hacia Vizcaya. El 50% de la capacidad de los hornos asturianos está inactiva. Esta crisis siderúrgica trae consigo una crisis económica en la región y se buscan respuestas al potencial vasco. Cobra entonces relieve la figura de Luis Adaro Magro, directivo de la Sociedad D’Eichtal, empresa de capital francés que poseía minas en Asturias. Adaro ve claro el papel subsidiario de la siderurgia local y que el futuro pasa por el carbón y por un redimensionamiento de las empresas.

En 1886 impulsa la fundación de la Unión Hullera y Metalúrgica, que agrupa a varias empresas carboneras. Pretende una mayor mecanización de las minas, una mayor cualificación y especialización de la mano de obra y una racionalización de la producción que permitiera ofrecer carbones adecuados en calidades y ajustados en precio para poder competir. Paralelamente, reclama una mayor protección arancelaria, reserva de mercados nacionales (que la marina de guerra consumiese carbón español) y una mejora del transporte buscando la salida del carbón hacia la meseta por ferrocarril a través del puerto de Pajares, inaugurado en 1884.

En cuanto a la actividad siderúrgica en la región, ésta tiene un carácter estratégico para la minería, ya que el carbón asturiano no era competitivo en los mercados exteriores. Baste mencionar que en 1884 la siderurgia regional consumía cerca de las tres cuartas partes de la producción carbonera. Además, mientras la siderurgia asturiana consumiese hierro vasco, se aseguraba la salida de carbón hacia Bilbao como flete de retorno.

Pedro Duro fallece en 1886. La empresa pasa a manos de Antonio Velázquez Duro y Matías F. Bayo. No atraviesa un buen momento. En 1900 los socios de Duro y Cía reconvierten la empresa en la Sociedad Metalúrgica Duro-Felguera S.A., al objeto de redimensionarla, dar entrada a nuevos capitales y diversificar su actividad. Se trata de impulsar un proyecto de gran alcance destinado a convertir otra vez a la antigua fábrica en una gran empresa siderúrgica aprovechando la expansión coyuntural que se estaba produciendo e integrando en el proyecto a importantes banqueros, capitalistas e industriales, tanto de la región como de fuera de ella.

Seguidamente, tras su constitución, la empresa inicia su cotización en bolsa en 1902. La compañía compra minas y talleres metálicos e invierte en nuevas instalaciones gracias al apoyo financiero de de los Urquijo, los mayores accionistas de la Unión Hullera y Metalúrgica. Esto facilitó la fusión entre ambas empresas en 1906, siendo Luis Adaro su primer director general.

La consolidación industrial entre el hierro y el carbón busca economías de escala, complementariedades entre los negocios y capacidad política para conseguir protección y reserva de mercados. En 1920, Duro-Felguera es ya la mayor empresa carbonera del país. Los importantes beneficios logrados en la actividad minera dan tiempo al otro negocio, el siderúrgico, para perfeccionar las importantes transformaciones técnicas realizadas. El nuevo arancel proteccionista de 1906 y los acuerdos de las fábricas siderúrgicas para evitar guerras de precios, mediante la creación de la llamada Central Siderúrgica, que ordenaba pedidos y facilitaba el reparto del mercado, dotaron de gran estabilidad al sector, favoreciendo también el desarrollo de la actividad siderúrgica.

En la cercanía de las plantas de Duro en Langreo se desarrolla toda una industria derivada del aprovechamiento del carbón, el coque y el gas de los altos hornos: fábricas de ladrillos y cerámicas, químicas, fabricación de tubos y tornillería y producción de energía termoeléctrica, entre otras actividades. Merece destacarse también la ingente labor social y cultural desarrollada por Duro-Felguera. Ya en 1875 tenía establecidas escuelas, contribuyendo decisivamente a la desaparición del analfabetismo en la cuenca del Nalón.

Entre 1910 y 1920 crea la Escuela de Artes y Oficios, ocupada no sólo de la formación de los trabajadores de la empresa, sino también de la capacitación de aprendices para otros oficios. Fundó igualmente hospitalillos y sanatorios que alcanzaron gran prestigio en la atención a heridos y accidentados. En el plano industrial, durante la primera mitad del siglo XX la empresa sigue creciendo. En 1940 adquiere el dique de Gijón y lo utiliza para la reparación y construcción de buques. Durante la etapa autárquica, en los años 40 y 50, la minería encuentra un entorno favorable, caracterizado por la falta de competencia y la reafirmación de su carácter estratégico como consecuencia de la necesidad de materias primas energéticas.

En cuanto a la siderurgia, Duro dominará el mercado nacional junto con Altos Hornos de Vizcaya hasta 1960. En ese mismo año, la empresa emplea a unos 25.000 trabajadores. Los primeros años sesenta son complicados y marcan el inicio del proceso de reestructuración minera e industrial. En 1961 se crea la Unión de Siderúrgicas Asturianas (UNINSA), empresa formada por las tres siderúrgicas que sobrevivieron a la competencia: Duro-Felguera, Fábrica de Mieres y la Fábrica de la Sociedad Industrial Asturiana, radicada esta última en Gijón. En 1966 integran su patrimonio siderúrgico en UNINSA, creando una planta siderúrgicaintegral en el valle de Veriña,en Gijón. Esta planta acabaría pasando al INI en los inicios de los 70, integrándose finalmente en ENSIDESA.

En estos mismos años, la minería del carbón también vive momentos difíciles, por la competencia del carbón de importación y de los combustibles líquidos con precios bajos. Siguiendo un proceso similar al de la siderurgia, en 1967 las empresas mineras, Duro entre ellas, transfieren su patrimonio a la empresa pública Hulleras del Norte, SA (HUNOSA). De esta forma, Duro Felguera reorientó su actividad hacia la construcción y montaje de bienes de equipo para la industria, ámbitos en los que tenía sobrada experiencia por sus trabajos vinculados con las otras líneas de negocio, y se transformó, de hecho, en una empresa nueva. El traspaso de activos a HUNOSA y UNINSA marcó un antes y un después en la evolución de la empresa, y conllevó también la disgregación de una parte notabilísima de su patrimonio documental, precisamente el que hoy tiene mayor valor histórico.

Los documentos y planos relacionados con las labores mineras pasaron a manos de HUNOSA, mientras que la documentación sobre actividades siderúrgicas siguió su propio camino, siendo su paradero una incógnita para la mayor parte de los expertos que han analizado este asunto. Duro Felguera, convertida ya en una empresa de bienes de equipo, retuvo en su poder determinado material documental con valor histórico (libros de actas de consejos de administración o juntas generales, libros de inventario, copiadores de cartas, libros mayores, memorias, planos, fichas de personal…), aunque sin darle un tratamiento archivístico riguroso. Algunas propuestas para recuperar ese material y ponerlo en valor como parte de un archivo histórico no llegaron a materializarse.

Toda la documentación histórica que obra en poder de la empresa se encuentra desde elaño 1998 en el llamado depósito de la Unión Hullera, en la localidad de La Felguera, sin que hasta ahora se haya acometido un proyecto para su tratamiento y catalogación. En dicho depósito no se lleva un registro de los documentos que se reciben, mientras que las estanterías, armarios y archivadores no cuentan con ninguna numeración o referencia que permita determinar la ubicación de los soportes de archivo. Por estos motivos, actualmente la única posibilidad de localizar y consultar un determinado documento es utilizar la memoria visual para detectar subicación.

Todo ello se complica aún más si tenemos en cuenta que gran parte de la documentación que se recibe en el depósito llega en cajas precintadas cuya identificación, mediante etiquetas diversas,no es sencilla. En estas dependencias se realizan funciones de depósito y custodia, siendo muy limitadas las funciones de gestión documental al carecer de recursos y medios para ello.

De acuerdo con la estimación realizada para el censo-guía de archivos que está elaborando la Consejería de Cultura del Principado de Asturias, el depósito de Duro Felguera, una antigua instalación industrial de la compañía, tiene más de 1.200 metros cuadrados de planta y alberga aproximadamente 1.900 metros lineales de documentación, equivalentes a unas 19.000 cajas de archivo. Esta relación de fondos fue realizada en el año 2002, por lo que se presupone que el material se ha incrementado de forma notable desde entonces hasta la actualidad.

Los fondoscitados en la relación efectuada para la Administración regional están repartidos entre unas 9.000 cajas de archivo, más de 5.000 archivadores AZ, cerca de 650 libros registro, más de 900 cajas de embalaje, unas 300 cajas DIN A-4 y otros materiales sueltos que ocupan más de 173 metros lineales. A todo ello hay que sumar la documentación más actual que se encuentra repartida por las dependencias de las diferentes empresas que integran el grupo industrial Duro Felguera, así como por las oficinas centrales de Oviedo y otras dependencias que albergan departamentos como el de Recursos Humanos o el Centro de Proyectos e Ingeniería (CPI), estas dos últimaslocalizadas en La Felguera.

Mención aparte merecen los planos. Los más antiguos (que datan de los primeros años del siglo pasado hasta 1940, aproximadamente) están archivados formando rollos en unos 340 tubos de cinc. Existe un libro registro estructurado por tipos de obra, que permite conocer el número de registro y la designación de cada plano. Por lo que se refiere a los planos correspondientes al período 1940-1970, aproximadamente, se encuentran archivados, por formatos, en bandejas de armarios metálicos. Otro materialsimilar está guardado en armarios horizontales, agrupados por formatos, en cuyas bandejas se mencionan los números y formatos de cada uno de ellos.

Existen, además, unas 60.000 fichas microfilmadas e integradas en tarjetas, dispuestas para una eventual perforación y tratamiento informático, que corresponden a planos de la época comprendida entre la mitad de la década de los años 60 y comienzos de la de los años 80. Aunque existe un catálogo de microfilmación, en él no figuran la denominación de la obra ni la designación del plano o el número y formato del mismo, datos esenciales para su identificación. Únicamente se hace referencia al código de la división fabricante, nombre del cliente, código de tipo de obra y número de las órdenes de fabricación. Se cuenta también en el citado depósito con 2.000 fichas múltiples microfilmadas que contienen unos 180.000 fotogramas de documentos correspondientes a obras realizadas entre la mitad de la década de los 60 y comienzos de los años 80.

Por lo que se refiere al período considerado histórico para los intereses que nos ocupan, en el depósito de Duro Felguera se conserva poco material, lo que pone de manifiesto, por una parte, que gran parte de los documentos pasaron a manos de otras empresas cuando la antigua Duro Felguera se desprendió de minas e instalaciones siderúrgicas y, por otra, que no ha habido el necesario celo en la custodia de aquella documentación, ya que resulta cuando menos extraño que una empresa con tan dilatada historia como esta cuente con tan escasas unidades, especialmente teniendo en cuenta que llegó a tener en plantilla a unas 30.000 personas y que cotiza en la Bolsa de Madrid desde el año 1902.

Se conservan memorias desde los primeros años del siglo XX, libros de contabilidad y otros libros oficiales de las empresas Duro y Cía, Sociedad Metalúrgica Duro Felguera, Compañía de Asturias, Unión Hullera y Metalúrgica de Asturias, entre otras, así como algunos copiadores de cartas, documentos correspondientes a los antiguos economatos y expedientes relacionados con cuestiones laborales. Conviene destacar, además, la existencia de fichas de trabajadores que se conservan en buen estado en muebles archivadores realizados al efecto a finales del XIX o principios del siglo pasado por carpinteros de la propia compañía.

A falta de un recuento exhaustivo, se estima que hay entre 50.000 y 80.000 fichas de empleados.Tras la llegada a la presidencia de la compañía de Juan Carlos Torres Inclán, a mediados de 2003, se plantea de nuevo la conveniencia de poner en marcha un archivo de empresa, aunque dada la magnitud de la tarea se decide abordar en una primera fase el tratamiento de lo que puede considerarse como documentación de carácter histórico, es decir, aquella que abarca el período que va desde la constitución de la empresa (1858) hasta su transformación en un grupo de bienes de equipo (1970 aproximadamente).

Probablemente, la situación que enfrenta Duro Felguera en esta materia sea muy similar a la de otras empresasespañolas con una larga historia a sus espaldas; fondos documentales dispersos y en mal estado de conservación, falta de personal con los conocimientos necesarios para abordar su recuperación, ausencia de locales adecuados para reubicar todo el material que debe ser tratado y una idea poco clara de cómo alcanzar el objetivo final, que no es otro que el de incorporar un archivo a la actividad diaria de la compañía o, por decirlo de otra forma, tratar la documentación que genera la empresa con un criterio archivístico.

En las citadas condiciones seconsideró prioritario proceder al tratamiento de los documentos más antiguos para incorporarlos a un archivo histórico y se procedió a la búsqueda de unos locales que reunieran las condiciones necesarias para su ubicación. Por parte de la dirección de Duro Felguera se propuso crear el archivo histórico como unidad independiente del resto del archivo de empresa, cuestión debatida desde otros ámbitos de la empresa, más partidarios de integrar en un todo el archivo central de la compañía, aunque dando un tratamiento claramente diferenciado a la parte histórica, con el fin de que ésta permanezca abierta a los investigadores y los ciudadanos en general.

La despreocupación por la conservación y el tratamiento de los fondos documentalescon un criterio archivístico –un mal al parecer muy extendido entre las empresas españolas- propició que todo el material generado por las diferentes estructuras de la sociedad se fuera almacenando en el depósito de la empresa, sin más orden que el que cada departamento o filial decidía en cada momento.

Al menos, este método de almacenamiento masivo permite hoy en día localizar determinadas series documentales,aunque no supone ninguna aportación para la gestión de la empresa. Como parte del trabajo encomendado desde la presidencia de la empresa al departamento de Comunicación e Imagen para la puesta en marcha del archivo histórico de Duro Felguera, se mantuvieron contactos con otras empresas industriales de la región que desde hace algunos años han comenzado a poner orden en sus bases documentales y cuya actividad está o estuvo relacionada con la que desarrolla nuestra compañía.

Este esel caso de la empresa estatal minera HUNOSA, de Asturiana de Zinc (AZSA) y de Aceralia (integrada en la multinacional siderúrgica Arcelor). Durante las visitas realizadas a los archivos de estas empresas y las reuniones mantenidascon sus correspondientes responsables se puso de manifiesto que existe una estrecha relación documental entre los fondos de las compañías industriales HUNOSA, AZSA, Aceralia y Duro Felguera, como consecuencia del devenir histórico de todas ellas, alguno de cuyos episodios ya ha sido comentado con anterioridad.

Esa vinculación histórica entre las empresas mencionadas se evidencia, porejemplo, en la existencia de abundante correspondencia comercial entre la Real Compañía Asturiana de
Minas –precedente de lo que luego sería Asturiana de Zinc- y la por entonces Sociedad Metalúrgica Duro Felguera. Además de las relaciones meramente industriales o de negocio no sería de extrañar que existieran otro tipo de vínculos entre empresas de este tipo y en particular entre sus accionistas o máximos responsables, ya que el tejidoempresarial asturiano de finales del siglo XIX estaba concentrado en manos de unos cuantos emprendedores, en su mayoría llegados de otras regiones o del extranjero con el fin de aprovechar las excelentes condiciones que el Principado presentaba para el desarrollo de los negocios minero y siderúrgico.

En esas condiciones y en un área geográfica tan pequeña como Asturias, es lógico pensar que había un conocimiento personal entre los integrantes de aquella burguesía empresarial y, por lo tanto, documentos que certifiquen dichas relaciones. Partiendo de ese pasado común entre este grupo de compañías industriales y del interés actual de todas ellas por poner en valor sus fondos documentales –en ocasiones intercambiados por avatares de la historia-, desde Duro Felguera se plantea la posibilidad de crear una red de archivos históricos de empresas del Principado como nexo de unión entre todos ellos y elemento dinamizador de sus actividades, especialmente en unmomento en el que se encuentran en una fase que podríamos calificar como de embrionaria.

Los archivos de las fábricas de armas de Asturias (Trubia y La Vega, enOviedo), pertenecientes hoy a General Dynamics, antes a la Empresa Nacional Santa Bárbara, podrían ser también parte integrante de este foro. La puesta en marcha de esta iniciativa podría apoyarse en otroselementos que actúan como focos de difusión de la historia industrial de Asturias, como son el Museo de la Minería y la Industria, que se ha consolidado como un escaparate de lo que era y todavíahoy es la actividad minera en la región, así como el Museo de la Siderurgia, un proyecto que se encuentra en una fase incipiente, pero que ya cuenta con instalaciones propias en lallamada ciudad industrial de Valnalón, en La Felguera, y en el que colabora Duro Felguera.

Con vistas a la utilización de la documentación existente en estos archivos por parte de losinvestigadores, la creación de la citada red entre esas empresas podría ser un vínculo que facilite la consulta de documentación e incluso la elaboración de estudios relacionados con la historia económica e industrial del Principado, algo que sin duda resultará atractivo para la Administración regional, la cual desde hace unos años trata de hacer un seguimiento de los archivos de empresa existentes en la comunidad.

En cualquier caso, la idea de aunar de algunamanera los fondos documentales de estas compañías surge del convencimiento de que es esta una forma de integrar gran parte de la memoria industrial de una región cuyo presente sigue hoy ligado a lo que son empresas como Duro Felguera. Con esta filosofía se trabaja ya en la creación del archivo histórico de la empresa en un local de 400 metros situado en La Felguera. Se trata de una nave integrada en el edificio denominado La Salle, donde en la actualidad se encuentra el departamento de Recursos Humanos de Duro Felguera. Este local fue antiguamente una capilla y conserva elementos ornamentales propios de las actividades de culto que allí se realizaron, lo que hace que sea un espacio muy atractivo para acondicionarlo como archivo histórico.

Dedicado hasta hace muy poco a actividades lúdicas de la asociación de antiguos alumnos del colegio La Salle, este espacio ha pasado de nuevo a manos de la empresa, la cual ha comenzado a trabajar en su adaptación para la nueva finalidad que se le quiere dar. En el archivo se integrará mobiliario que forma parte del patrimonio de Duro Felguera y que, en algunos casos, como en el de los armarios archivadores de las fichas de personal, tuvo hasta ahora una función práctica directamente relacionada con la conservación de parte de la documentación del grupo.

En paralelo se han iniciado los trámites para conseguir copias del material más valioso que obra en poder de HUNOSA y que corresponde a la actividad minera que en su día desarrollo la Sociedad Metalúrgica Duro Felguera, así como una labor de búsqueda y recuperación de material relacionado con las actividades siderúrgicas y de la documentación relativa a los antiguos astilleros que formaron parte de la compañía y de los que salieron un buen número de embarcaciones.

En resumen, estamos ante un trabajo de grandes proporciones que persigue poner en valor toda la documentación histórica generada por una de las grandes empresas asturianas con el fin de ponerlo a disposición de los estudiosos y de la sociedad engeneral.

Extractado de B.Fernández Muñiz, M. Teresa García Álvarez, J. M. Montes Peón y C. J. Vázquez Ordás, de la Universidad de Oviedo. Publicado en García Olalla, M. y Vázquez Ordás, C. J. (Directores): Estrategias y operaciones empresariales en los nuevos mercados. 20 casos a estudio, Editorial Civitas, 2002, pp. 301-325. Oviedo, 13 de diciembre de 2004



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jueves, septiembre 21, 2006

El PP pide que no se derribe la Térmica, «al no haber un proyecto industrial»

Los populares afirman que la demolición abriría el camino a la «especulación» en sus terrenos Pretendían que su posición se debatiera en el Pleno, pero su propuesta no fue incluida en el orden del día


El Partido Popular reclama ahora que se suspenda el proyecto de demolición de la Central Térmica de Ensidesa y lo hace basándose en que, a su juicio, detrás del derribo de las antiguas instalaciones siderúrgicas no hay un proyecto industrial nuevo para este espacio. Los populares habían respaldado hasta ahora la propuesta del derribo del edificio, tras el anuncio de Isolux de crear en sus terrenos dos centrales de ciclo combinado. El PP pretendía que su nueva posición se debatiera en el Pleno que se celebrará hoy en el Ayuntamiento, pero según aseguró su portavoz, Manuel Peña, el alcalde no aceptó que se incluya en el orden del día la moción del PP «y la calificó como una tontería».

No obstante, los populares quisieron ayer hacer pública su posición. Recuerdan que desde hace unos meses ha surgido un movimiento que reclama que el edificio se mantenga en pie y, por otro lado, «sigue sin aclararse si el proyecto industrial presentado por Isolux queda definitivamente descartado y las alternativas que había anunciado Infoinvest siguen sin ser públicas». Así las cosas, el PP cree que detrás de la demolición de la Térmica no hay proyecto industrial alguno, por lo que considera que Infoinvest debería de suspender de forma cautelar el derribo.

«No aceptamos que se tire el edificio así porque sí, porque detrás de ello, si no hay un proyecto industrial, sólo nos cabe pensar que queda la especulación o la concesión a dedo de los terrenos», afirmó Constantino Álvarez, responsable de los temas de urbanismo en el PP local.

Responsables políticos

El Partido Popular entiende que tanto el gobierno regional como el local son los responsables de que el plan de Isolux no haya seguido adelante. «El gobierno del Principado no defendió suficientemente bien este proyecto y el Ayuntamiento, con su alcalde a la cabeza, ha estado ausente en esa cuestión», afirmó Álvarez.

Pese a lo que mantiene el Partido Popular, en Infoinvest no se da por cerrada la inversión de Isolux para crear dos centrales de ciclo combinado en los terrenos que hoy ocupa la Térmica. Fuentes de la empresa de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales aseguraron ayer a este periódico que este mes esperan continuar los contactos para cerrar la venta de los terrenos de la central.Por contra, el consejero de Industria, Graciano Torre, aseguró ayer que el Principado sigue sin tener noticias sobre su continuidad con el proyecto, «sólo sabemos que no presentaron los avales en Madrid», aclaró.

Estas mismas fuentes aseguraron que el plan para demoler la antigua central continúa desarrollándose y la empresa adjudicataria de esta obra sigue dando pasos para presentar a finales del próximo mes el proyecto de demolición y comenzar sus trabajos en noviembre.

El Partido Popular, en su moción, asegura querer mostrar «su sensibilidad con la clara demanda social de indulto para tan histórico y representativo edificio, imagen viva del Avilés industrial». De hecho, además de pedir la suspensión cautelar del derribo, instan a Infoinvest a que «primen los proyectos empresariales que estén dispuestos a mantener todo o parte del edificio, o que en caso de demolición en su totalidad quede demostrado perentoriamente esa necesidad, siempre motivada por la creación de puestos de trabajo».


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martes, septiembre 19, 2006

La Camocha: La mina y el mar

Patricia Valdés, responsable de la Oficina de Turismo de Riosa, nos envia esta reseña extriada de EL Comentario TV.


La mina y el mar: del hormigonado de la mina de La Camocha a la flatulenta regasificación del Principado de Asturias
El debate que organiza hoy el diario La Nueva España en el poblado de La Camocha, en el centro municipal que está situado en aquel atípico asentamiento minero del maravilloso entorno rural de la Villa de Jovellanos, es una de las operaciones más dignas y notables que realiza ese diario en los últimos tiempos, porque de alguna manera viene a romper -aunque como siempre tenga que ser mediante un flatus vocis- el silencio que preside la vida cotidiana de nuestra convivencia, en el corazón de una comunidad autónoma, que es víctima de su pasado y rehen de su presente. No había otra manera de liquidar la actividad de La Camocha que enterrarla en hormigón, mediante una recalificación de terrenos, que como siempre, cuando esa recalificación responde a las necesidades internas de alguna operación de largo alcance, se disfraza con algún pomposo maquillaje que sirva para enmascarar la realidad, de una manera que resulte sonora. Sonora es la tradición minera de La Camocha y su proximidad al mar, que dio dos cosas, la importación masiva de carbones subvencionados por el Estado como si fuesen extraidos de las entrañas de la tierra y la preciosa canción escrita por José León Delestal y popularizada por nuestro genial Jerónimo Granda:

La mina de la Camocha
dicen que va baxu el mar
que por eso los mineros
oyen les oles bramar

La cuenta atrás del Castillete

La Asociación de Vecinos de Santa María del Mar urge la rehabilitación del edificio de AZSA ante su avanzado estado de deterioro, que se puso de relieve en la reciente jornada de puertas abiertas Fuente: LVA NOELIA RODRÍGUEZ/ARNAO



Locomotora Couillet - "Eleonore"

Traemos una noticia buena y mala: Buena porque se habla del tema, del lamentable estado de estos bienes, de la oportunidad de rentabilizarlos turisticamente como forma de financiar su conservación. Mala , porque pone en evidencia el estado de los mismos, algo que sería impensable en lugares como Belgica, de donde proceden. Sorprende que el primer castillete veritical de Asturias se encuentre en este estado, siendo la minería uno de los símbolos de Asturias.
Por otro lado, y en opinión del que escribe, las locomotoras "Eleonore" y "Rojillín" deberían pasar urgentemente bajo la custodia del Museo del Ferrocarril de Asturias, unica entidad capaz de recuperarlas en todo o parte, en tanto Castrillón dispone de un lugar adecuado para albergarlas. A este paso, el salitre puede hacer que acaben siendo de nadie.


«Mira, la de Rufo. Hay que ver cómo está, con lo que él la limpiaba, que la tenía como el oro y mira en que quedó», decía una vecina de Arnao a una compañera. El pasado miércoles las dos regresaban a su niñez, época de la que las separan varias décadas, al descubrir la locomotora que comúnmente se conoce como 'Eleonore', aunque ellas prefieran denominarla con el nombre de quien la conducía.


Locomotora Couillet - "Eleonore"

Sus primeros años estuvieron relacionados con el apogeo de la Real Compañía de Minas y con
todo lo que ello supuso. Juntas recordaban como la locomotora salía del Castillete sobre unos raíles, atravesaba varios kilómetros por el poblado y Salinas, hasta llegar a San Juan. Son pocas las personas que como estas vecinas pueden presumir de haber visto a la 'Eleonore' trabajando. La mayor parte de los castrillonenses han de conformarse con conocer el aspecto que presenta ahora.


Vista Fabrica de AZSA en Arnao. Al fondo la refineria de Zinc de San Juan, la mayor del mundo y hoy pripiedad del grupo Xstrata, y enmedio la playa de Salinas

El deteriorado estado que tiene no es exclusividad suya, sino que lo comparte con los otros elementos que se encuentran en el interior del Castillete, así como el propio edificio de Arnao. A pesar de que eran conocidas las malas condiciones en las que se encontraban se hicieron más latentes el pasado miércoles por la tarde, con motivo de la jornada de puertas abiertas que organizó la Asociación de Vecinos de Santa María del Mar, dentro del Tercer Encuentro Minero de la localidad. «Abrimos el Castillete hace dos años, y no se hacía desde hace cincuenta. Vimos que estaba mal, pero va a peor», aseguraba María Jesús Rossell, presidenta de la entidad vecinal.


Instalaciones y castillete de la mina de carbón de Arnao

Desde que se fundase la asociación uno de sus objetivos ha sido la rehabilitación del emblemático edificio de Arnao, empeño en el que se mantienen a día de hoy.

Las jornadas sobre minería que han celebrado a lo largo de la última semana han servido para reforzar más aún su tesis. Los expertos que acudieron a las mesas redondas organizadas destacaron la relevancia que el conjunto de Arnao, con su Castillete a la cabeza, tiene.

Fines turísticos

Honorino Ruiz, uno de los promotores de las minas de Texeo, se refirió al edificio de Arnao como «único en Asturias» y apoyó la utilidad turística que se le puede dar. La Asociación de Vecinos, así como anteriores equipos de gobierno municipal, han optado también por explotar lo que queda de la Real Compañía de Minas para atraer visitantes al municipio. Alberto Tirador, presidente de la Mancomunidad Comarca Avilés, apoya también esta utilidad. Indicó que experiencias similares se habían llevado a cabo en otros países, con excelentes resultados.

A todo esto se une el hecho de que hace unos meses el Principado declaró como Conjunto Histórico el poblado de Arnao. Este nombramiento le permitirá acceder a una serie de ayudas de cara a la rehabilitación y mantenimiento de los diversos elementos que lo conforman. Asturiana de Zinc, actual propietaria de buena parte de los elementos que pertenecieron a la Real Compañía, se encuentra en negociaciones con el Ayuntamiento castrillonense para ceder el Castillete y que sea el municipio el que se haga cargo de su recuperación.


Interior del Castillete de Arnao- Jaula


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lunes, septiembre 18, 2006

Ancho de Via Español



Locomotora serie 272 . Fuente www.wefer.com

Reproducimos un interesante articulo sobre el origen de nuestro ancho de vía y la tesis de que el mismo no se debió a causas estratégicas como se ha dicho, sino meramente ténicas. Fuente Grijalvo. Publicado en Carrollia, número 7.

En el número 72, de marzo de 2002, de la revista Carrollia se publica un divertido artículo en el que se muestra la estrecha relación que existe entre el ancho de vía de los ferrocarriles norteamericanos: 4 pies y 8,5 pulgadas, con el ancho de la grupa de los équidos o, dicho de una manera más basta, con el ancho del culo de los caballos. José María Albaigès, editor de Carrollia, comenta, a propósito de este artículo, que "al introducirse el ferrocarril en España, se adoptó el ancho de 1,668 metros, no para aislar el país de invasiones ferroviarias, como pintorescamente se ha dicho, sino porque con esta medida se mejoraba la estabilidad del convoy".

La creencia de que nuestro ancho de vía obedece a razones estratégicas está realmente muy difundida. Veamos, si no, lo que dice al respecto la Enciclopedia Larousse bajo el epígrafe Ferrocarril: "Una Real Orden de 31 de diciembre de 1844 establecía que el ancho de vía fuese en España de 6 pies castellanos (1,67 metros); este ancho, superior al europeo, fue escogido por consideraciones militares (dificultar una posible invasión por vía férrea)".

Las opiniones están pues divididas entre la técnica y la estrategia. ¿Quién tiene razón?

He intentado aclarar este asunto y he aquí las conclusiones.

El primer ferrocarril funcionó en Inglaterra en 1830 para el transporte de mercancías y en 1836 para pasajeros. En España, la primera línea de ferrocarril, que unía Barcelona y Mataró, funcionó en 1848. Entre 1848 y 1855 se construyeron en nuestro país escasamente 500 km. de líneas férreas. En 1865 había ya 4.826 kilómetros,. impulsados por las nuevas leyes promulgadas durante el Bienio Liberal (1854-1856) que dotaban de privilegios a las compañías concesionarias. En la década de los 40 del siglo XIX se acumularon las solicitudes de licencias para la construcción de líneas ferroviarias en España, cada solicitante especificaba las características de "su" línea, por lo que los organismos rectores decidieron poner orden en el asunto, dando origen a la primera disposición legal al respecto, la Real Orden de 31 de diciembre de 1844 mencionada más arriba.

Tengo ante mí la Gaceta de Madrid del 19 de enero de 1845 en que aparece publicada dicha Real Orden. En su artículo 6º se especifica simple y lacónicamente: "Anchura de la vía ó sea distancia entre los bordes interiores de las barras, 6 pies". Con esto no salimos de dudas. Como cosa curiosa hago notar que, en la misma Gaceta, junto a la Real Orden citada, aparece un Real Decreto por el que "se indulta al mariscal de campo D. Juan Prim, conde de Reus, de la pena a que fue sentenciado por el consejo de guerra de oficiales generales".

Está claro que la Real Orden no se la sacó de la manga el Gobierno. Previamente acudió a la Dirección General de Caminos que nombró una comisión de expertos asesores. Esta comisión estaba integrada por diferentes miembros de la Escuela de Ingenieros y presidida por el director dicha escuela Juan Subercase. La comisión emitió a finales de 1844 un informe conocido como Informe Subercase. . Así pues la solución de nuestro enigma radica en dicho Informe Subercase.

En el número 190 de la Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales, que edita la Universidad de Barcelona encuentro lo siguiente: "Cabe la posibilidad de que, en la determinación del ancho de vía español, existiese implícita una estrategia destinada a obstaculizar una hipotética invasión militar ante el reciente e ingrato recuerdo de la Guerra de la Independencia. Sin embargo no parece que la Comisión redactora del informe adoptara esta medida por razones de estrategia, pues no menciona en ningún momento la cuestión militar y parece que lo que prima en el informe es el factor determinante del relieve de nuestro país ante el cual se necesitan locomotoras de mayor potencia: Para este efecto conviene aumentar el ancho de las vías". A renglón seguido, el informe proporciona múltiples ejemplos de anchos de vía en diferentes países, concluyendo con la adopción del ancho de 6 pies "porque sin aumentar considerablemente los gastos permite locomotoras de dimensiones suficientes para producir en un tiempo dado la cantidad de vapor bastante para obtener una velocidad mayor que la que podía conseguirse con las vías de 4,25 pies, propuesta por una de las empresas que ha hecho proposiciones al Gobierno, y mayor también de la que podría emplearse con las de 5,17 pies que más frecuentemente se han usado hasta ahora; consiguiéndose, además, que, sin disminuir la estabilidad, se puede hacer mayor el diámetro de las ruedas, lo que conduce a aumentar la velocidad".

La velocidad del ferrocarril de Barcelona a Mataró debía andar por aquel año de 1848 en torno a los 30 Km/h. Así pues, lo más significativo del Informe Subercase es que admitía el ancho de seis pies castellanos (1,67 metros) por razones técnicas, dándose la coincidencia de que era el ancho especificado en el pliego de condiciones del proyecto de ferrocarril Madrid-Cádiz, elaborado por el francés Jucqueau Galbrun que era su concesionario. El ancho de vía español se impuso también en Portugal, Argentina, Chile y en la red principal de los ferrocarriles de la India, pese a que entonces era colonia inglesa. El ancho de vía ruso, aunque distinto del europeo, es de 1,524 m, algo inferior al español.

Creo que, con lo expuesto, se puede concluir que nuestro ancho de vía de seis pies, equivalentes a dos varas, obedece exclusivamente a razones técnicas.



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