El clima en el norte de España es caprichoso y variable, como habrán podido comprobar quienes hoy anduviesen por Avilés. Niebla, bocinas de aviso, lluvia y temperatura calurosa. Fuimos al Faro, a ver que podía verse por allí en tan invernal día, salvo por el estado de la mar, y aquí esta lo que nos entretuvo durante un buen rato: la entrada de un barco a puerto.
Precedida por la salida de la potente lancha de los prácticos y luego por la del remolcador que entró a popa, vimos toda la operación de como este y otros barcos se giraban enfilando a puerto. La puesta en marcha del que vimos, y la sensacíón, quizás no real, de prisa por meter los barcos en puerto aprovechando el claro de la niebla resulto muy entretenida ...
El lugar elegido fué el promontorio donde se ubica el faro, visita obligada de cualquiera que venga por estas latitudes

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