sábado, abril 26, 2008

Cadiz - Museo El Dique

Declarado Bien de Interés Cultural por la Junta de Andalucía, el Museo El Dique de Navantia, ubicado en la zona de Astilleros de Puerto Real (Cádiz), nació como un proyecto de recuperación del patrimonio industrial. Además, El Dique celebra este año su mayoría de edad. Durante estos dieciocho años, historiadores y documentalistas han recopilado material fotográfico e instrumental que refleja la evolución de un sector tan arraigado en la Bahía de Cádiz como es la construcción naval. Forma parte de la Red de Espacios de Divulgación Científica y Técnica de Andalucía (RECTA).

Amalia Rodríguez

Ubicado en la antigua factoría de Matagorda, en los terrenos de Astilleros de Puerto Real, el Museo El Dique reúne la historia de los más de 125 años de actividad naval en España través de imágenes, piezas emblemáticas como instrumentos utilizados en los procesos de reparación y construcción de barcos, así como fotografías antiguas que reflejan cómo se trabajaba en una de las factorías más importantes del país: la factoría de Matagorda, en Puerto Real (Cádiz).

El origen de este proyecto de rehabilitación, concebido actualmente como museo, se sitúa en 1990, “cuando Astilleros Españoles, hoy día Navantia, quiso recuperar el patrimonio documental del antiguo dique de Matagorda, área industrial cerrada en 1977”, cuenta José María Molina, director del museo y doctor en Historia.

El resultado de esta iniciativa fue la rehabilitación del antiguo edificio de la cámara de bombas, enclave donde se encuentra las salas de exposiciones que describen cronológicamente la transformación de sus instalaciones, los cambios tecnológicos, la producción,… en definitiva, el constante proceso de renovación de la industrial naval española.

Además de José María Molina, el museo cuenta con el trabajo de una técnico en archivos documentales de la Universidad de Cádiz y tres becarios, cuya función principal es catalogar los miles de archivos y documentación que llegan hasta el museo procedentes de otros astilleros españoles que han ido cerrando sus puertas en los últimos años.

El antes y el después de la construcción naval

El museo El Dique está formado por cuatro salas y espacios anexos a través de los cuales se puede seguir con todo detalle la evolución de la construcción naval española.

Para situar al visitante y contextualizar el recorrido que va a realizar, la visita comienza en la primera sala, situada en la planta baja del museo, y cuyos contenidos van centrando de forma progresiva, en el entorno concreto del astillero: orígenes preindustriales de la zona y etapa inicial de la empresa, explicaciones sobre la construcción de las instalaciones del dique de Matagorda y su producción industrial, sobre todo las reparaciones navales que se realizaban en la época.

Una de las salas de exposición del museo 'El Dique'

Una de las salas de exposición del museo 'El Dique'

La segunda sala centra su objetivo en la descripción de los procesos de diseño y trazado de un barco. Por ejemplo, se exhiben las herramientas de trazado (compás industriales, escuadras, cartabones, etc.), que se empleaban en la sala de gálibos, lugar en el que se trazaban a tamaño real las partes estructurales del barco.

La tercera de las salas, situada en la primitiva cámara de calderas describe, de forma lineal, el proceso de construcción de un barco de acero. Una representación fotográfica de los gremios de trabajadores más relevantes, así como los instrumentos de trabajo que empleaban en los talleres, en grada y en la dársena componen esta sala. Desde los herreros y carpinteros de ribera, apelativo empleado para designar a los especialistas en construcciones navales, hasta forjadores, fundidores, remachadores, que ya en los años 50 serían sustituidos por los actuales soladores, o los calafates, trabajadores que rellenaban los espacios entre el forro y la cubierta del buque, incluyendo a los decoradores y costureras que se encargaban de los últimos retoques de la embarcación.

Además, esta sala expone las réplicas de algunos de los 181 barcos construidos por Astilleros. El vapor Magallanes, de 1927, que cubría la línea Nueva York-Cádiz; el Capitán Miranda, que continúa surcando los mares y hoy día es el buque escuela de Uruguay, o el Bailén, petrolero de 1940, son algunas de las maquetas que completan la muestra en esta sala. Además de barcos, la factoría de Matagorda fabricó la estructura del Balneario de La Palma, las butacas del Gran Teatro Falla de la capital gaditana, y fabricó vagonetas mineras, vagones y coches de ferrocarril, estructuras metálicas y otras instalaciones como el Puente de hierro de La Carraca, en San Fernando.

La Cámara de Bombas, paso obligado hacia la cuarta y última sala, muestra la instalación más antigua y aún operativa del astillero. “Se ha incorporado al recorrido porque pensamos que quedaría incompleto si no se mostrara una instalación industrial a ‘escala’ real”, apunta José María Molina. Rehabilitada en 1990, consta de tres bombas principales para el achique del dique y dos para el achique de sentina (similar a las alcantarillas). Por último, la cuarta y última sala muestra la forma de construcción moderna de un buque, haciendo especial hincapié en el gran cambio que supuso el nuevo concepto de construcción por “módulos”.

El edificio del museo se completa con las instalaciones de Archivo, Biblioteca, Hemeroteca y Fototeca, donde pueden consultarse los aproximadamente, 4.000 legajos, 3.500 libros, 200 cabeceras de revistas y 250.000 negativos fotográficos catalogados hasta la fecha.

Un entorno sin precedentes

Dos barcos junto al Dique de Cárdenas, que da nombre a este museo industrial

Dos barcos junto al Dique de Cárdenas, que da nombre a este museo industrial

El museo es singular por partida doble: por su naturaleza, uno de los pocos museos industriales en España, y por su insólita ubicación. El museo El Dique recibe su nombre del Dique de Carenas, mandado construir en 1872 por Antonio López y López, Marqués de Comillas, en la playa de Matagorda. Todavía hoy se conserva intacto con sus 156,5 metros de eslora por 27,6 de manga y 8 de altura y junto a él, tres barcos, uno de ellos fabricado en la factoría puertorrealeña.

Dentro del recinto museístico se encuentran además la antigua escuela de aprendices, reconvertida en sala de exposiciones temporales y el botiquín, actual archivo histórico. Sin duda, lo más llamativo de esta parte del complejo es la capilla neorrománica levantada en memoria del primer Marqués de Comillas, la única capilla de este estilo en la provincia de Cádiz. Su planta de cruz griega y cúpula bizantina, que curiosamente es desmontable, fue construida a finales del siglo XIX por el arquitecto murciano Adolfo García Cabezas.

En el otro extremo se encuentra la península del castillo, un área que estuvo ocupada por el antiguo fuerte de Matagorda. Las actuales ruinas se han dedicado a zona de descanso, instalándose a la entrada de la misma un pequeño graderío semicircular fabricado en piedra artificial que tiene como misión la recepción y explicación de los hechos históricos más destacados que protagoniza este parapeto militar.

Los restos arqueológicos del antiguo Castillo de Matagorda y la torre mirador de reciente construcción, situada en el solar que ocupó el antiguo edificio del Almacén General, fabricada a base de piedra ostionera forman el otro atractivo de este museo, rodeado por una superficie aproximadamente de 19.000 metros cuadrados de jardines, entre los que se encuentran interesantes ejemplares de flora tropical (quencias, palmeras, ficus, araucarias, yucas, etc.).

La factoría de Matagorda, hoy recuperada en forma de museo, es un ejemplo vivo de que el legado patrimonial también lo constituye la actividad humana, como es el caso de la construcción naval.

Con su incorporación a la Red de Espacios de Divulgación Científica y Técnica de Andalucía, RECTA, “la intención es hacer de este museo un foco de interés cultural capaz de atraer a todo tipo de personas interesadas en el pasado y presente de nuestra industrial naval”. Para ello, están pensando que la entrada al museo sea a través del mar, “en barco, como hacían los trabajadores procedentes de Cádiz, quienes llegaban al tajo a bordo del vapor de Matagorda”. El Museo El Dique está incluido además en la Red de Museos de Andalucía.

Según Molina, “El Dique es diferente porque es un museo industrial y en España hay pocos complejos museísticos de este tipo. Además, aunque aparentemente parezca que es un museo marítimo, no lo es, porque explica la construcción naval, un proceso arraigado en la Bahía de Cádiz”.

Más información:

José María Molina Martínez, responsable del museo ‘El Dique’

NAVANTIA Astilleros Puerto Real

11519 Puerto Real (Cádiz)

Teléfonos: 956 47 15 00/ 956 47 15 20

Fax: 956 47 15 01

Email: museoeldique@navantia.es

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