
El Museo Nacional del Ferrocarril de Francia, se encuentra en la localidad Alsaciana de Mulhouse, localidad considerada la capital europea de los museos técnicos.
La memoria presente
Ubicada a 37 km de Basilea y su EuroAirport su nombre significa la casa del molino, nombre que surge en tiempos de pertenencia a las posesiones de la abadía de Saint Étienne de Estrasburgo y que, poco a poco, vio como se incrementaba la población alrededor de su centro. A partir del siglo XVIII, coincidiendo con el desarrollo de la industria, Mulhouse se consolidó como la primera Ciudad Obrera que sirvió de modelo para numerosas ciudades-jardines en Europa. No es casualidad que, como decimos, la ciudad se haya convertido en la capital europea de los museos técnicos.
Automotor Bugatti Presidencial que obtuvo el record de velocidad con 196 km/hora en 1937
El autor junto a una clásica de los ferrocarriles galos
- La Ciudad del Tren-Museo francés del Ferrocarril
- El Museo EDF Electropolis
- El Museo de la Impresión sobre Tejidos
- El Museo de Bellas Artes
- El Museo Histórico
- El Parque Zoológico y Botánico
- El Museo del Papel Pintado (Rixheim)
- El Ecomuseo de Alsacia (Ungersheim)
- El Bioscopio (Ungersheim)
- El Mercado del Canal Cubierto
Entre ellos, la Ciudad del Tren, recientemente renovada es el mayor museo ferroviario europeo. Este museo presenta, dentro de un gran espacio animado, los grandes temas de la de la historia del ferrocarril a partir de magníficos ejemplares de locomotoras y vagones perfectamente restaurados. El abanico de la colección cubre desde las primeras locomotoras hasta los mas modernos trenes, incuyendo un simulador a escala real del TGV que recientemente batió el record del mundo de velocidad
El museo recrea con personajes, luz y sonido el ambiente de distintos momentos de la historia del ferrocarril. Un recurso didáctico y sugerente
El museo se constituyo de forma visionaria, al igual que ocurriera con su vecino el Museo Nacional del Automovil de Francia, ubicado en la misma localidad. La idea parte de dos entusiastas del ferrocarril el mulhousiano Jean-Mathis Horrenberger y el parisino Michel Doer, quienes tienen la idea de abrir un museo ferroviario en los años 60. Después de varias vicisitudes, una decisión de 6 de Junio de 1969 del Ministerio de Transportes Francés, permite a la SNCF para depositar su material histórico en este futuro museo.
Tras una ubicación provisional en el depósito de Mulhouse Norte, desde 1971 a 1976, el Museo Nacional del Ferrocarril de Mulhouse, abra sus puertas en Junio de 1976 en ubicación definitiva, y desde entonces se ha convertido en toda una historia de éxito, registrando 200.00 visitantes por año. Todo ello albergado por una construcción de vanguardia y una escenografía concebidas específicamente para este museo.
¿Alguien dijo Un Niemeyer?
Mediante un sistema de iluminación dinámico se muestran los circuitos de vapor y agua en una caldera
Al entrar en sus instalaciones, la Cité du Train revive un siglo de oro de la era del ferrocarril. El visitante se sumerge en las locomotoras y trenes más ejemplares usados desde el siglo XIX a la mitad del siglo XX, la época dorada del ferrocarril. “La aventura ferroviaria”, propone recorrer la historia del ferrocarril desde su nacimiento hasta nuestros días, a través de animaciones y nuevas tecnologías experimentaremos un viaje a través del tiempo.
Este museo alberga una colección única y excepcional de la historia del ferrocarril, desde una de las más antiguas locomotoras en Europa, la Buddicom de 1844; el coche-salón de la Emperatriz Eugenia procedente del tren Imperial, decorada por el arquitecto Viollet-Le-Duc; la Pacific Chpelon 3.1192;la PR1, decorada al estilo Art Déco con cristal de Lalique, utilizada por los Jefes de Estado entre 1925 a 1971; el automotor Bugatti Presidencial que obtuvo el record de velocidad, de la casa de Molsheim, con 196 km/hora en 1937, son solo algunas de las piezas de excepción que podemos admirar.
El contenido y la ambientación son impresionantes, así como la calidad y estado del material. A ello se suma la belleza formal del edificio que lo alberga y que consta de dos naves, una cerrada y otra con vigas y entramado de madera en el techo
Cerca está también el Museo Nacional del Automóvil que abarca los más de 400 vehículos de la colección de los hermanos Fritz y Hans Schlumpf de La ciudad del automóvil, es de los más prestigiosos del mundo pero, todavía es más cierto, que aunque a ciertas personas no le apasionan los coches, su visita se convierte en una especie de Louvre de los automóviles. Esta increíble colección se va abriendo paso bajo dos kilómetros de pasillos decorados con fantásticas farolas inspiradas en las del puente Alejandro III de París.

La ciudad industrial de Mulhouse, en Alsacia, dependía tradicionalmente de la manufacturación del algodón como medio de vida. Tras la II Guerra Mundial, cuando obviamente esta industria declinaba, la administración de esta ciudad realizó un gran esfuerzo para que Mulhouse llegara a tener fama como centro museístico. Verdaderamente, es un lugar muy apropiado para un Museo Ferroviario, pues esta ciudad tuvo uno de los primeros ferrocarriles franceses, en 1839, al inaugurarse la línea Mulhouse - Tann. Aquí también se abrió la primera fábrica de locomotoras de Francia, la de Andre Koechlin, más tarde rebautizada como Sociedad Alsaciana de Construcciones Mecánicas.

En este Museo se hace hincapié en las locomotoras y en el material móvil, el cual se traslada ocasionalmente de otros lugares, por lo que no siempre está en exposición. Si bien hay vitrinas alrededor del edificio principal que muestran instrumentos de bloqueo, cuadros de palancas accionadas eléctricamente, letreros y equipos electrónicos, hay poca información sobre el impacto de los ferrocarriles en la sociedad francesa o en su economía.
Locomotora eléctrica BB
Los visitantes ingleses no tienen que ir muy lejos para contemplar una pieza realizada por los primeros ingenieros ferroviarios de Gran Bretaña: en el vestíbulo de la entrada se encuentra expuesta la locomotora 2-2-2 N° 6, L Aigle, de Robert Stephenson & Company, fabricada para la línea Aviñón- Marsella en 1846 y entregada por mar, vía Gibraltar. Fue retirada del servicio en 1865, pero se salvó del desguace al ser utilizada como caldera fija en los talleres de Oullins hasta 1913. A1 año siguiente se restauró superficialmente para ser exhibida en Lyon, y otra vez en Grenoble, en 1925, hasta que fue restaurada a fondo en los talleres Sotteville-Quatre-Mares en 1968.Ésta no es la locomotora más antigua de Mulhouse. Ese honor lo tiene la St. Pierre N ° 33, una 2-2-2- fabricada en 1843 según el diseño del ingeniero británico William Barber Buddicom, el cual llegó a ser director del Grand Junction Railway a la edad de 24 años. A comienzos de los años cuarenta, Buddicom fue asignado por su compatriota Joseph Locke para construir fábricas en Francia, que suministraran locomotoras y material móvil para el Ferrocarril París & Rouen. La fábricas se establecieron en Chartreux, cerca de Rouen, y luego en Sotteville.
Locomotora eléctrica CC
La N° 33 era una de las 40 locomotoras de una Serie fabricada para inaugurar el ferrocarril en mayo de 1843, del tipo conocido en Francia como «Buddicom» y en Inglaterra como «Crewe». Sus características son: armazones dobles, cilindros exteriores inclinados, cojinetes interiores en el eje motor y cojinetes exteriores para los ejes delanteros y ejes remolques.
Atracciones:
ALe 232 U1 : la vapeur en action
Todas las horas, la ultima locomotora a vapor se pone en marcha para el placer de los visitantes. Puesta en servicio en 1949, marca el fin de una era y la entrada en otra, la de la electrificación y la rentabilidad. Delante de este monstruo de acero en movimiento, el visitantes puede comprender mejor la pasión del mecánico por su máquina en una época en la que conductor y mecánico eran lo mismo, identificandose al extremo la máquina con su usuario, su dueño en suma
Junto a esta locomotora, el museo organiza su recorrido en torno a 6 grandes temas ( Enlaces a PDF en francés) de la historia del ferrocarril:
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