El Principado lanza un plan para reutilizar 1,47 millones de metros de suelo en 40 pozos mineros

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El estudio propone varios usos para los terrenos de Hunosa, principalmente de índole industrial, turística y cultural

Mieres / Langreo, M. Á. G.

Diseñar una planificación estratégica que permita reutilizar los activos de Hunosa para crear nuevo tejido empresarial, revalorizar el patrimonio minero y regenerar el medio ambiente. Ése es el objetivo prioritario al que responde el denominado plan territorial especial de recuperación de los terrenos de Hunosa en las cuencas mineras. El documento cataloga un total de 40 activos de la empresa (pozos, lavaderos y
otros terrenos) y propone posibles usos en
función de las características de cada elemento. Las actuaciones están planificadas a medio y largo plazo, ya que algunas de las instalaciones mineras se encuentran en funcionamiento. El documento fue promovido por la Consejería de Infraestructuras del Principado, que encargó el trabajo a un equipo de once personas integrado por arquitectos, geógrafos, ingenieros historiadores y técnicos medioambientales. El documento está siendo analizado en el seno de los ayuntamientos. Además de hacer una propuesta sobre la catalogación de usos, el plan también ofrece un cálculo de la superficie aprovechable para la ubicación de industrias, equipamientos o zonas residenciales. En total, el documento cifra en 1.477.676 metros cuadrados el terreno útil en las comarcas del Nalón y del Caudal, procedente de una treintena de instalaciones de Hunosa. Otros diez activos -principalmente antiguas explotaciones a cielo abierto, como La Matona, L'Abeduriu y Mozquita- no se evalúan en este capítulo. Los usos propuestos en estos últimos casos aparecen ligados a la habilitación de zonas verdes y al aprovechamiento forestal y agropecuario.

Pozo Lieres: El plan de Hunosa destaca el elevado aprovechamiento industrial de sus más de 70.000 metros cuadrados de superficie útil. Sin embargo, debido al alto valor patrimonial del complejo también se plantea la posibilidad de una restauración temática con un fin turístico. Para ambas finalidades, el estudio de Infraestructuras resalta la buena comunicación existente a través de la Autovía del Cantábrico.

Pozo Pumarabule: Según el plan, reúne buenas condiciones para ser dedicado a usos industriales compatibles con la utilización residencial, unas finalidades avaladas por la demanda existente. Se plantea el aprovechamiento forestal de las laderas de umbría.

Instalaciones de Camellera: Es uno de los activos con un aprovechamiento menos claro según las conclusiones del plan, que aboga por mantenerlo en «cierto grado de indefinición funcional» en espera de la evolución urbana de la zona. Los accesos mediatizan el uso industrial.

Cargaderos de Cadavíu: Tras los derribos y los movimientos de tierras efectuados en la zona reúne las condiciones necesarias para que sus casi 27.000 metros cuadrados de superficie aprovechables sean utilizados para acoger usos industriales, mediante la disposición de dos plataformas conectadas en forma de «L» y unidas peatonalmente. También prevé que la antigua vía y estación forme parte del complejo turístico del Samuño.

Pozo Candín I: El plan fija una única parcela de 35.000 metros cuadrados formada por dos plataformas a distinta cota. La inferior presenta posibilidades de aprovechamiento industrial, mientras que para la superior se propone crear un equipamiento deportivo o un parque que supla las carencias actuales del barrio.

Pozo Candín II: En activo. Se propone una zona industrial como nexo entre el polígono de La Moral y Valnalón. La morfología del terreno permite proyectar naves con tipologías y dimensiones variables. El patrimonio industrial está agrupado y y posibilita otros usos que no interfieran a los industriales, considerados prioritarios por el plan.