martes, octubre 19, 2010

Centro Alfarero Bajomedieval en Alcala de Henares - Madrid


Plano de la parcela superpuesto con el plano catastral del siglo XIX.

Nuestra página tiene una finalidad divulgativa, no exhaustiva de la realidad diaria del Patrimonio Industrial. No pretendemos cubrir la actualidad pues esto hay quien ya lo hace ( y muy bien, por cierto). Tampoco somos una página "profesional", si bien, gracias a la colaboración de sus autores, queremos dar entrada progresiva a este tipo de  trabajos. Valgan como ejemplo el que hoy traemos, o el reciente articulo que publicamos sobre la recuperación de la Darsena de Valladolid. Que lo disfruten.

INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA EN EL COLEGIO DE ARAGÓN DE ALCALÁ DE HENARES: EL HALLAZGO DE UN CENTRO ALFARERO BAJOMEDIEVAL

Pilar Arias Cabezudo / José Mª Navarro Gómez
AriasArqueología.com

1. Introducción
El control arqueológico llevado a cabo en la C/ Santiago 31 de Alcalá de Henares ha proporcionado una serie de hallazgos arqueológicos de gran relevancia para el conocimiento del pasado medieval de la ciudad. La parcela se localiza en pleno centro histórico de esta ciudad y dentro del recinto protegido por el Plan Especial de Protección del Casco Histórico de Alcalá de Henares.


 Planimetría y fotografías de la bodega documentada.

Se encuentra a escasos metros de la plaza de Cervantes y en la misma calle donde anteriormente se levantaba la iglesia de Santiago, que da nombre a la misma. Sobre esta parcela se levanta actualmente un edificio que data de 1611, y que se caracteriza por ser el antiguo Colegio Menor de San Martín y Santa Emerenciana de Tarazona, popularmente conocido como “Colegio de Aragón” y que fue mandado construir por el Cardenal de Tarazona, Don Martín Terrer de Valenzuela.

Este edificio fue destinado inicialmente a Casa-Convento o Colegio Menor, y básicamente era un centro donde se alojaban los estudiantes y realizaban estudios preliminares antes de acceder a la universidad alcalaína. El requisito para poder ingresar en este centro era ser estudiante aragonés y seguir las normas establecidas por el colegio. En Alcalá eran frecuentes este tipo de centros, como es el caso del Colegio de Málaga (Actual Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Alcalá) o el Colegio de Irlandeses o de Manchegos.

El antiguo Colegio de Aragón se levanta sobre una parcela de 1.635 m2 aproximadamente, con una ocupación aproximada de 954 m2 Se encuentra implantado sobre la alineación de la calle Santiago, con una fachada lateral exenta sobre una vía de acceso al Colegio de las Escolapias y un lindero adosado a un edificio que alberga el Colegio San Juan de la Penitencia.

La tipología originaria responde al de un cuerpo principal que se desarrolla en torno a dos patios interiores, uno principal (izquierdo) y otro de servicio (derecho), con estancias o dependencias dispuestas en la periferia de la construcción a las que se accede a través de sendos deambulatorios o distribuidores semiabiertos en torno al perímetro de los patios. Las estancias de la planta superior deberían alojar los aposentos, mientras que las dispuestas en la planta baja corresponderían a los servicios y dependencias propias de la institución escolar.

El sistema constructivo es el tradicional, con fábrica mixta de ladrillo y tapial o mampostería, forjados de madera y cubiertas entramadas de madera con teja árabe sobre tabla ripia. El aparejo del ladrillo es el conocido como “a la española”, con el ladrillo colocado a tizón; los dinteles se forman con ladrillo a sardinel. La fachada principal se encuentra revocada; las lateral y posterior son de ladrillo visto, y las interiores de los patios están enfoscadas y pintadas.

A lo largo de los años, y especialmente tras el proceso de decadencia de los colegios mayores y menores producido en el siglo XIX, el edificio ha pasado a manos de particulares sufriendo diversas transformaciones para adaptarse a los distintos usos, hasta alcanzar la actual configuración en la que se distribuyen quince viviendas y dos locales comerciales, ubicadas dentro de la construcción original, así como una instalación de garaje aparcamiento alojada en una construcción posterior.



2. Resultados del control arqueológico
El control arqueológico del movimiento de tierras realizado en la parcela ha dado como resultado la documentación de diferentes hallazgos arqueológicos que podemos clasificar en dos grupos bien diferenciados:

2.1. Hallazgos arqueológicos relacionados con el “Colegio de Aragón”
En este grupo se incluyen aquellas estructuras relacionadas con el edificio, por lo que son fechables en la misma época de edificación del Colegio (1611). Destaca por encima de todo la presencia de una estructura subterránea localizada en la zona W del recinto y que nosotros hemos interpretado como una bodega, a la que denominamos “Bodega nº 1”. Se trata de una estructura de grandes dimensiones (7,30 m. x 1,90 en planta y 2,10 de cota de profundidad desde el suelo) compuesta íntegramente por piedra, a excepción de la escalera de acceso realizada en ladrillo antiguo.

Recreación virtual de la bodega e interpretación de la funcionalidad de los dos pilares como base de las columnas del patio.

El aparejo de las paredes está formado por piedras calizas y graníticas no trabajadas, dispuestas de forma irregular y trabadas con mortero a base de cemento antiguo. Las paredes W-S son bastante homogéneas entre sí, con una disposición de la piedra muy similar, sin embargo la pared E, se caracteriza por la presencia en la zona media de dos pilares compuestos de sillares graníticos a soga y tizón de disposición irregular. En la zona sur de la Bodega se consiguió documentar parte del suelo compuesto de baldosas de ladrillo, mientras que el resto debió de tener un suelo de cantos rodados cuyo estado de conservación ha sido muy deficiente.

El interior de la bodega se encontraba colmatado de sedimentos y escombros, probablemente pertenecientes al techo del mismo, el cual no se ha conservado, aunque si disponemos de indicios representados en los arranques de lo que se puede interpretar como una bóveda de medio cañón formada por ladrillos. Entre los escombros y sedimentos se han encontrado fragmentos de cerámica de tipo talaverana, que nos han permitido datar con precisión la época de abandono de la bodega en los finales del siglo XVII.
Por otra parte, el origen de la bodega se ha datado basándonos en el estudio espacial de la estructura y su relación con el resto del edifico, ya que al superponer la planimetría de los hallazgos arqueológicos con el plano catastral más antiguo (fechado en 1860), nos ha permitido comprobar como los pilares del lado E de la bodega coinciden en su ubicación con las columnas del patio principal del edificio. De esta forma, podemos interpretar la funcionalidad de estos pilares como basas de las columnas del patio, quedando así la bodega “encajada” en el deambulatorio del lado W del patio principal del edificio. Por otro lado, dada la entidad de la bodega documentada y la buena conservación de la misma, se ha optado por conservarla e integrarla como parte del nuevo conjunto edificado.


Vista general y recreación virtual del  Horno nº 3 con la parilla documentada


2.2. Restos arqueológicos de época bajomedieval: el hallazgo de un alfar
Bajo las estructuras pertenecientes al Colegio de Aragón se han documentado varios hallazgos que cronológicamente corresponden al último tercio del siglo XIV. Lo más destacado es el hallazgo de cinco hornos alfareros de diversas dimensiones y capacidad. Todos ellos se encuentran excavados en el suelo natural, presentan una planta rectangular y están realizados en adobe. La mayoría se encontraban en mal estado de conservación ya que son estructuras muy frágiles, viéndose afectados por los muros de cimentación del Colegio de Aragón.


Vista general del Horno Nº 4

Se trata de hornos de pequeñas dimensiones, de escasa calidad constructiva, que probablemente indican una producción de uso local para la ciudad medieval alcalaína. Todos los hornos han sido excavados y cubiertos posteriormente con malla geotextil para su protección y preservación, ya que las cimentaciones del nuevo edifico no llegan a afectar completamente a los mismos.

De los cinco hornos documentados solo uno de ellos conservaba la parrilla, mientras que en el resto solo ha sido posible documentar indicios de la misma. Tres de los cinco presentaban carga en su interior, uno de ellos con tejas (Horno 2) y los otros dos con cerámica de cocina y mesa (Hornos 1 y 5), constituyendo estos últimos los hallazgos más relevantes para describir.


2.2.1. Horno 1
Situado en la zona W del edificio, su lado sur se encuentra cortado por uno de los muros del colegio por lo que la estructura del mismo aparece bastante fragmentada. Únicamente se conserva la parte inferior del horno denominada hogar, donde se colocaba el combustible y el fuego. Como ya hemos señalado, el horno debió destruirse en plena cocción por lo que nos ha llegado arrasado, pero con todo el material de la cochura íntegro en el interior, mezclado con adobes de la parrilla y restos de las paredes y techo de la estructura.

2.2.2. Horno 5
Al igual que el horno anterior, esta estructura ha proporcionado una gran cantidad de material cerámico. Este horno se ha conservado completo en su planta, manteniendo la boca de acceso al hogar y la zona en la que debía de estar situada la parrilla. No obstante, su estructura se vio afectada por una tubería de abastecimiento contemporánea que le cruzaba en eje N-S, aunque afortunadamente la afección ha sido solo parcial por lo que se ha podido excavar todo el sedimento que lo colmataba íntegramente.
En ambos hornos se documenta un material cerámico con unas tipologías muy similares, principalmente escudillas, platos, jarras y redomas, acompañadas de numerosos atifles que indican la cocción de piezas con vidriado.


Vista general del Horno nº 5

Al margen de estos hornos, se ha localizado un sedimento homogéneo oscuro que ocupa la zona W del recinto, con abundante material, que en su mayoría puede encajarse entre la mitad y último tercio del S. XIV. Gran parte de este material presenta unas características defectuosas en su manufactura (falta de vedrío, deformaciones, etc.) por lo que podríamos deducir que se trata probablemente de un testar o zona de desechos del antiguo centro alfarero que se localizaba aquí. Junto con esta acumulación de cerámicas también se ha documentado un pequeño muro de ladrillo en eje E-W, de escaso grosor, y que probablemente correspondería a una estructura perteneciente al taller alfarero y que necesariamente se encontraría en esta zona, como podrían ser piletas de decantación, áreas de secado o similar.


Ver mapa más grande

El hallazgo de estos hornos y testares ha facilitado una gran cantidad de material cerámico, aproximadamente unos 10.000 artefactos (entre fragmentos y piezas). Destaca la gran cantidad de tajadores, platos y escudillas con decoración en verde y manganeso de desarrollo autóctono, junto con un elevado número de cántaros, jarras y redomas con las formas y decoraciones habituales de época bajomedieval.

Dentro del conjunto documentado merece una mención especial el hallazgo de un fragmento de Hanukiyá. Esta pieza se caracteriza por ser una lámpara de ocho receptáculos destinada a celebrar la Fiesta de las Luces judía o Hanuká. Esta fiesta se realiza en diciembre y conmemora la leyenda sucedida en el Templo de Jerusalén, cuando una vez reinstaurado el culto judío en el mismo, la lámpara del Sancta Sanctorum permaneció encendida durante ocho días pese a tener combustible solo para uno. Por eso los judíos celebran la Hanuka durante ocho días, encendiéndose cada noche una lámpara para conmemorar el milagro (LÓPEZ, et alii, 1995).

Nuestro hallazgo solo conserva dos receptáculos de los ocho que en origen debía tener. Además apareció en un testar, junto con otros tipos de cerámicas más comunes que nos hacen pensar que probablemente estas piezas serían elaboradas por la comunidad morisca para satisfacer la demanda judía. El hallazgo de esta pieza representa una clara evidencia de cultura material judía en el Alcalá de Henares medieval.

Junto con esta pieza destacan varios platos con profusas decoraciones en verde y manganeso con escenas típicas medievales de clara inspiración turolense. Entre ellas destaca el hallazgo de un plato o tajador con una escena en la que aparece un castillo en la parte baja de la pieza, y un posible juglar como motivo central de la composición.

Las cronologías de todo este material muestran un marco de actividad del centro alfarero bien definido, abarcando desde el último tercio hasta finales del siglo XIV.

3. Conclusiones
El control del movimiento de tierras en el nº 31 de la Calle Santiago de Alcalá de Henares ha permitido localizar varias estructuras relacionadas con el propio edificio, que data de 1611, como ha sido el caso de la bodega descrita y otras estructuras como suelos, canalizaciones o cimentaciones originales que, aunque se encontraban en mal estado conservación, nos han proporcionado un conocimiento más detallado del aspecto original que pudo tener el edificio.

Al margen del Colegio, la aparición de cinco hornos en esta parcela viene a confirmar, de forma más evidente, que la calle Santiago tuvo un importante núcleo de actividad alfarera en su época medieval, como ya señalaron otros autores. (TURINA 1985).

Por otro lado, si observamos la ubicación de estos centros alfareros podemos ver como se integran dentro del barrio morisco alcalaíno, que se encontraba separado del judío por la misma calle Santiago. Además, si superponemos la ubicación de los hornos en relación con el primer recinto amurallado de Alcalá, puede apreciarse como estos alfares se encontraban dentro de la ciudad, en una zona cercana a la muralla. Sin embargo, con la ampliación urbanística de la ciudad hacia el E y S en el siglo XV, se destruye el perímetro original de la muralla y con casi toda seguridad, es en esta época cuando el centro alfarero localizado en la calle Santiago 31 es sustituido por viviendas, que podemos ver representadas en la vista general de Alcalá que realiza Antón van den Wyngaerde en 1565. Casi media centuria después, concretamente en 1611, se levanta el Colegio de Aragón, destruyendo las viviendas anteriores y no dejando evidencia alguna de ellas.



4. Bibliografía
AMIGUES François y MESQUIDA Mercedes 1987: Un horno medieval de cerámica: “El testar del Molí” (Valencia). Publicaciones de la Casa de Velázquez. Madrid.
LLULL Josué 2006: La destrucción del patrimonio arquitectónico de Alcalá de Henares (1808-1939). Universidad de Alcalá de Henares. Alcalá de Henares.
LÓPEZ. A.M., PALOMERO S. y MENÉNDEZ, M. 1995: Museo Sefardí. Ministerio de Cultura. Toledo.
MALAGA José Mª 1988: Alcalá de Henares, arquitectura de su siglo de oro. Institución de Estudios Complutenses. Alcalá de Henares.
PAVÓN Basilio 1982: Alcalá de Henares medieval: Arte islámico y Mudéjar. CSIC. Madrid.
POLO Juan José 1999: Martín terrer de Valenzuela (1599-1631): Darocense ilustre y obispo aragonés. Centro de estudios Darocenses. Zaragoza.
RUIZ, Jose Ignacio, ALONSO, Pedro y CADASO Manuel, 2001: El Colegio de Aragón en la Universidad de Alcalá de Henares. Dykinson.
TURINA, Araceli. 1985: “Cerámicas medievales cristianas de Alcalá de Henares. (Madrid)”. Actas del I congreso de Arqueología Medieval Española. Tomo V, 649-654. Huesca.
VILLANUEVA, Olatz 1998: Actividad alfarera en el Valladolid bajomedieval. Universidad de Valladolid. Valladolid.
VV.AA. 2002 Operis terre turolli: La cerámica bajomedieval de Teruel. Museo de Teruel. Teruel.
VV.AA. 2008: Alcalá de Henares: Una ciudad en la Historia: Catálogo de la exposición. Dirección General de Patrimonio Histórico. Consejería de Cultura y Turismo. Comunidad de Madrid.






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